Cambios de hábitos en niños

Cuando los niños son sometidos a nuevas experiencias o cambios en sus vidas muchas veces modifican o alteran su conducta. Suele suceder, por ejemplo, con la llegada de un nuevo hermanito o con el comienzo del jardín que los niños presentan una especie de retroceso, en el que vuelven a actuar como bebés, se hacen pis, quieren pañales y chupete.

Ante nuevas situaciones que tal vez a los adultos nos resultan cotidianas, el niño puede mostrar actitudes indeseables y rechazo. Otros ejemplos pueden ser una mudanza, el cambio de escuela o el paso de un grado a otro, la muerte de un familiar, peleas o discusiones de su entorno.

Estos cambios de hábitos en los niños son muy comunes, por lo que no hay que preocuparse demasiado. En estos casos, lo mejor es apoyar al niño y ayudarlo a entender lo que está pasando s su alrededor.

¿Qué hacer ante los cambios de hábitos en niños?

En primer lugar, debemos tratar de mostrarle el lado positivo de las cosas. Por ejemplo, en el caso del primer día del jardín le decimos que va a tener amiguitos para jugar y va a poder ir a cumpleaños y divertirse.

Si se trata de un hermanito es un poco más complicado, ya que se despiertan los celos y la competencia. Muchas veces el niño siente que es desplazado por el nuevo integrante de la familia. Es importante hacerle saber que él es tan querido como el recién llegado y hay que mimarlo por igual, aunque es lógico que el más pequeño necesite más cuidados y atención.

Soluciones posibles

Por experiencia propia les aconsejo que acompañen al niño en todo momento y le expliquen lo que está sucediendo, que jueguen mucho con él y que le den mucho amor siempre. Eso lo va a ayudar a entender que a pesar de la nueva situación lo seguimos queriendo y que el cambio es para su bien.

Es común que el pequeño sienta enojo o bronca cuando no puede comprender ciertas acciones de los adultos. Cuando estas emociones se salen de control, lo mejor es consultar a un especialista que nos asesore.

Cómo saber si un niño está listo para un cambio

Hay edades en las que nuestros hijos tienen un nivel de aprendizaje superior al que suponemos y saben lo que pasa a su alrededor, aunque no se lo digamos. Pero a partir de que comienzan hablar nosotros, como adultos, debemos incorporar el diálogo para que puedan entender cualquier situación, y siempre explicándoles por qué se dan estos cambios en su vida.

No hay una edad establecida pero a partir de los dos años en adelante debemos hablar con nuestros hijos ante cualquier modificación que se presente en su rutina diaria.