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5 cambios del cuerpo en el embarazo que no te gustarán

Vamos a ser sinceras:  el embarazo implica cambios corporales indeseados. Si aún no estás embarazada, ya lo experimentarás por ti misma; si lo has estado, seguro que en algún punto coincidirás conmigo, y si no piensas ser mamá, nunca lo sabrás pero al menos tendrás una idea de lo que significa. ¡No te pierdas lo que sigue! Ya sabes lo que dicen, el que avisa no traiciona.

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1. Parece que te quedarás calva

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De un momento para otro notas que tus cabellos están por todos lados, se te cae el pelo como nunca y si optas por llevarlo recogido, cuando te lo peinas también te quedas con unos cuantos entre tus manos. Esto se debe a la fluctuación de los niveles de estrógenos, una vez que nace el bebé pasarán unos meses hasta que se vuelvan equilibrar.

2. Sensibilidad dental

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Si no te has hecho una revisión antes de quedar embarazada, puede que te encuentres con dolores, sensibilidad a la temperatura de los alimentos y sangrado de encías. Es necesario tomar calcio y vitamina D de forma adicional, ya que de lo contrario luego de dar a luz podrías perder algunas piezas dentales debido a que se aflojan por la falta de vitaminas.

3. Cambios en las manos y los pies

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Puede suceder que además de la habitual hinchazón de manos y pies durante el embarazo (la mayoría de las veces causada por la retención de líquidos) también cambies de talla de calzado y luego del nacimiento del bebé tus manos sean más grandes. Todo crece, y algunas partes del cuerpo por mucho que adelgaces no tienen retorno.

Algunas mujeres adquieren el síndrome de piernas inquietas durante el embarazo y lamentablemente a veces llega para quedarse. Luego del parto, puede continuar debido a la inflamación del nervio ciático.

4. Estrías

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A nivel personal, es uno de los cambios que menos me gustó; no es porque no me haya cuidado en el sentido de ponerme cremas y aceite de rosa mosqueta, (de no haberlo hecho no sé cómo estaría) ya que tanto mi vientre como los glúteos parecen un mapa debido a que subí 25 kilos más de mi peso habitual. Si bien hoy se han reducido, las líneas son perceptibles a simple vista.

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5. Vientre abultado

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Si has tenido parto normal quizá solo debas procurar volver a tu estado normal una parte de tu abdomen, pero en mi caso que me practicaron cesárea, fue más complicado ya que la incisión es arriba del comienzo del vello púbico, con lo cual me quedaron dos pliegues, uno abdominal y otra protuberancia abultada por encima de la cicatriz. No exagero cuando digo que me tomó casi un año utilizando faja para que los tejidos volvieran a estar relativamente normales.

Si eres madre tienes que saber que somos muchas las mujeres en el mundo que convivimos con estos cambios físicos que nos dejó el embarazo. Y si estás pensando en quedar embarazada, infórmate sobre las medidas que puedes seguir para tener un embarazo saludable y a gusto con con tu cuerpo.

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