Cuando miro a los ojos de mi hijo me veo a mí con su edad, y recuerdo cosas de mis padres que en muchas ocasiones engrandecen mi corazón y que en otras lo ensombrecen. Pero no son malos recuerdos ¡ni mucho menos! Si no porque a veces la disciplina recibida no es la que se comparte siendo adulto.
3 pequeñas e importantes cosas que quiero que mi hijo recuerde de mí

Cuando abro los ojos cada día pienso que es una nueva oportunidad para hacer las cosas mejor, y que si ayer no fue del todo bien, hoy tengo la oportunidad de no cometer los mismos errores.
Tanto adultos como niños generamos recuerdos a cada instante, algunos se borrarán de la mente y otros quedarán marcados por mucho tiempo (o para siempre). Teniendo en cuenta esto, quiero que mi hijo recuerde de mí cosas que lo hagan sentir orgulloso y el niño más amado del mundo. Estas son algunas de las cosas que quiero que recuerde toda su vida.
#1 Mi amor maternal incondicional
Mi hijo no podrá recordar todos los abrazos ni tampoco todos los “te quiero” que le digo cada día (que no son pocos). Pero sí recordará la sensación de estar a mi lado, el sentirse muy querido y que nunca me faltó tiempo para decírselo.
Los niños necesitan escuchar que los queremos, y necesitan experimentar ese afecto de muchas maneras como al dedicarles tiempo de calidad o apoyarlos en momentos difíciles.

#2 Mi fuerza interna
Sé que seré el mejor ejemplo para mi hijo y por eso me esfuerzo cada día en ser mejor persona. Quiero que recuerde mi autoestima, como mis aptitudes mejoran con el esfuerzo, que no me falta coraje en la vida, y que se de cuenta que trabajo por nuestro bienestar físico y emocional.
Para que ellos se puedan aceptar a si mismos, primero debemos ser los padres quienes nos aceptemos y tengamos una relación sana con nosotros, que sepamos actuar bajo presión y sobre todo, que nuestras emociones estén equilibradas.

#3 Cómo me comunico con los demás
Mi escucha lo que hablamos mi marido y yo en casa porque quiero que perciba l a empatía hacia el otro, la asertividad en las relaciones, y que sobre todo se de cuenta que el amor lo puede todo.
Ellos ven y escuchan todo el tiempo cómo nos comportamos con las otras personas ya sea en la calle, con un desconocido o con un familiar. Por eso deberían ver el amor que sentimos por nosotros mismos, pero resulta incluso más importante que vean cómo nos comunicamos y cómo queremos a los demás.
Estoy convencida de que tú también quieres que tu hijo recuerde algunas cosas de ti más que otras cuando sea adulto, ¿estás trabajando en ello para que así sea?








