El cáncer es una enfermedad que a nivel mundial ha elevado su presencia gravemente. Tan solo en el 2018 se diagnosticaron a más de 18 millones de personas con algún tipo de cáncer, en todo el mundo. Además, en registraron 9.6 millones de muertes en el mismo periodo, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud.
Una nueva terapia convierte el cáncer en grasa para poder destruirlo

En México las cifras no reflejan mejores noticias. En el año 2015, por cada 100 mil habitantes 13 varones fallecieron por cáncer de próstata y 11 mujeres murieron debido al cáncer de mama. Estos dos tipos de cáncer son los más comunes en los mexicanos y mexicanas.
¿Qué es el cáncer?

Esta compleja enfermedad se caracteriza por el rápido crecimiento de células anormales que se dividen sin control alguno, debido a lo cual destruyen todos los tejidos corporales a su alcance, convirtiéndola en la principal causa de muerte a nivel mundial.
El cáncer cuenta con alrededor de 100 tipos o clasificaciones diferentes. En México los más comunes son el mamario, de próstata, tiroides, colorrectal, cervicouterino, testicular, pulmonar y gástrico.
Tratamiento del cáncer

El tratamiento de esta enfermedad no sólo dependerá del nivel de afectación que tenga el paciente, también de la estabilidad física del mismo. A eso hay que sumarle los tratamientos que estén disponibles: medicamentos, cirugía, quimioterapia o radioterapia.
La mayoría de las personas recibe una combinación de tratamientos para eliminar lo más que se pueda las células malignas, además de causar la menor afectación posible a su salud (efectos secundarios negativos). Sin embargo, muchas veces los esfuerzos son insuficientes.
Una nueva posibilidad de enfrentar el cáncer

Pero parece ser que no todo está perdido, pues las investigaciones para la cura del cáncer continúan. Un grupo de científicos de la Universidad de Basel, en Suiza, están trabajando en una nueva respuesta para enfrentar la enfermedad.
El cáncer se esparce a partir de la metástasis, el proceso en el que las células infectadas se separan del tumor y comienzan a infectar todo el tejido circundante a través del flujo sanguíneo o el sistema linfático.

Debido a la complejidad que la Medicina ha encontrado al tratar de destruir las células infectadas, es que estos investigadores decidieron partir desde otro camino. Su propuesta consiste en una terapia que convierte la plasticidad de la célula contra sí misma.
El proceso inicia con el uso de rosiglitazona, un fármaco utilizado para el control de la diabetes que funciona como sensibilizador de las células de grasa y que junto con el uso de inhibidores buscan alterar la composición de las células cancerígenas.

Hasta el momento esta terapia sólo se ha probado con ratones, pero ya se han observado resultados en los que la mezcla de rosiglitazona y los inhibidores "aprovecha" el proceso en el que las células se infectan para convertirlas en células de grasa. Esto evita que las células dañadas se dividan e infecten todo el tejido que está alrededor.
Lo único que falta por combatir es el tumor original, pues este tratamiento únicamente previene que las células se extiendan, más no termina con el origen del problema.

Se espera que en un futuro esta terapia pueda ser utilizada en conjunto con otros tratamientos que ayuden a suprimir el tumor original y las células que nacen de él, todo esto para disminuir el impacto del cáncer.
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