No eres bueno en la cocina, te quedaste solo y no tienes plata. Cuando se juntan estos tres factores te vuelves la persona más ingeniosa del mundo. Las verduras que antes no te gustaban empiezas a mirarlas de otra forma, se te ocurre visitar a familiares y descubres tu capacidad creativa en la cocina ¿te sientes identificado?
Todos hemos hecho esto cuando estamos solos y tenemos hambre (y no hay dinero para el delivery)

1. Comes el paquete de galletas sin sal que tienes guardado desde hace meses

Compraste por error haces meses un paquete de galletas sin sal, ahí lo tenías, guardado al fondo. ¡Nunca pensaste que te iba a poner tan feliz verlo!
2. No le temes a esas verduras que están en la nevera desde hace más de 5 días

Las verduras no duran mucho tiempo. Pero como tienes que comer saludable, alguna verdura siempre tienes en la nevera. Ves la berenjena que compraste hace un par de días con cariño… mmm no tiene lindo aspecto, pero no está en mal estado.
3. Licuas las frutas que están un poco pasadas

Olvidaste que al fondo de la frutera tenías algunas manzanas… pero no las discriminas. Nada más rico que un licuado de frutas un poco pasadas (te repites mientras lo haces).
4. Te das cuenta de que las pasas de uva no son tan feas

Ver pasas de uva en la comida es algo que no puedes entender. Jamás te gustaron. Pero buscaste por todos lados y lo único que ves es un paquetito de pasas de uva. No lo piensas, después de todo te gusta la uva.
5. Te vuelves creativo con lechuga y harina

Nunca imaginaste que ibas a inventar una comida. Tenías unas hojas de lechuga y harina, no dudaste en ponerle agua y ¡al horno!
6. Vas a visitar a tu abuela de sorpresa

Ir a la casa de la abuela significa comida asegurada (y por exceso). Nada mejor que una visita inesperada, a la abuela le va a encantar y a tu estómago también.
7. Te sientes Dios porque tienes un huevo

En esta situación aprendiste que tener UN solo huevo puede salvarte el almuerzo. Cualquier cosa que encuentres con huevo va a quedar bien, no tienes dudas de eso.
8. Comes un tomate como si fuera una manzana

El tomate nunca fue tu gran devoción, pero ahora lo comes como si fuera una manzana ¡no sales del asombro!
9. Descubres que tu heladera tiene sectores que nunca habías explorado

Hurgar la heladera significa encontrar una mermelada en un sector en el que no te fijas a menudo. ¿Cómo antes no te habías dado cuenta de esa mermelada? No importa, estás contento de haberla encontrado.
Después de todo no fue una mala experiencia. Ahora que ya sabes que en realidad no eres tan malo en la cocina, puedes sacar provecho de tu creatividad culinaria...









