A los 40 años, Jacqui Saburido falleció el 20 de abril de 2019 por cáncer. Su rostro, por dos décadas, se convirtió en símbolo de lucha para crear conciencia sobre los peligros de conducir en estado de ebriedad. Esta es su historia.
Quién era Jacqui Saburido y por qué su rostro fue tan importante para tomar conciencia


Falleció en Guatemala, Jacqui Saburido.
— Cadena Informativa (@cadenainfogt) April 26, 2019
Venezolana, fue víctima de una colisión (1999) quedando con 60% de su cuerpo quemado.
Reggie Stephey, conductor ebrio, fue condenado a 7 años de cárcel.
...Ella, se convirtió en el rostro de las campañas... pic.twitter.com/NxaHYQzy0f
La historia de Jacqui Saburido
En el año 1999, Jacqui tenía 20 años cuando decidió dejar sus estudios de ingeniería industrial en Caracas, Venezuela, para estudiar inglés en Austin, Estados Unidos.
Una noche, cuando volvía de una fiesta, un conductor ebrio impactó contra el auto en el que viajaba. Sus dos amigas fallecieron y ella sufrió quemaduras de gravedad en más del 60% de su cuerpo que cambiaron su vida para siempre.
[SINIESTROS VIALES]
— SalvemosVidas (@SalvemosVidasS) April 25, 2019
🚗👩 #JacquiSaburido la mujer que se convirtió en el rostro de las campañas contra la conducción en estado de ebriedad, murió a los 40 años
La joven requirió más de 100 cirugías para tratar las quemaduras de su cara y sus manos
✅ Si bebes, no conduzcas#SV pic.twitter.com/tHr95rjOe0
El conductor, llamado Reggie Stephey, tenía 18 años cuando manejaba ebrio el vehículo que ocasionó la muerte de las amigas de Jacqui. Fue declarado culpable y sentenciado a 8 años de prisión.
Jacqui atravesó por más de 100 cirugías para tratar las quemaduras de su cuerpo, pero su rostro quedó totalmente desfigurado: sin nariz, labios, párpados ni cuero cabelludo.
También su visión quedó afectada, pero pudo recuperarla tiempo después y pudo usar rudimentariamente sus brazos.
Una nueva vida
Sin embargo, en lugar de asilarse, ella decidida y sumamente valiente se convirtió en el rostro de las campañas contra los conductores ebrios y comenzó a brindar entrevistas y charlas para concientizar el respecto.
«Esto es parte de mi misión aquí en la Tierra […] Incluso si significa estar sentada aquí frente a una cámara sin orejas, sin nariz, sin cejas, sin pelo, haré esto mil veces si eso ayudará a alguien a tomar una decisión sabia», declaraba la mujer en una conferencia de la campaña Faces of Drunk Driving.
Los últimos años de Jacqui transcurrieron en Guatemala, donde recibía el tratamiento que necesitaba.






