¿Te cuento mi experiencia? Visitar a mi ginecólogo y específicamente realizarme el PAP es en particular una de las cosas que más aborrezco y trato de evitar. No obstante, sé que es bien importante que me realice este examen médico y nunca permito que la pereza (y la verguenza) me gane la partida.
¿Qué es, para qué sirve y cada cuánto deberías realizarte el PAP? Entérate de eso y más aquí

Ahora bien, ¿qué es con exactitud el famoso PAP? ¿Para qué sirve? ¿Cada cuánto es correcto que me realice esta prueba? Hoy quiero dedicarme a responder todas estas preguntas.
¿Qué es el cáncer de cuello uterino?

Comencemos por el principio: el cuello uterino o cérvix es la parte más baja del útero. Esta zona es vulnerable al cáncer, que es causado por el virus del papiloma humano (VPH) y se contagia por la vía sexual. Cabe aclarar, no obstante, que no siempre la presencia del VPH resulta en el cáncer de cuello uterino.
Entre las mujeres con mayor riesgo a padecerlo, se encuentran las que han tenido muchos hijos, las fumadoras, quienes padecen una infección por VIH y las que han consumido pastillas anticonceptivas por un largo periodo de tiempo.
Entonces, ¿para qué sirve el PAP?

Esta prueba que mucha de nosotras detestamos es muy importante para preservar nuestra salud íntima en las mejores condiciones. Y es que, por medio de este test, los especialistas analizan las células del cuello uterino para detectar si existe alguna mutación en ellas que pueda provocarnos esta enfermedad.
Si bien pueden existir otro tipo de pruebas para detectar este cáncer, el PAP es la mejor herramienta para descubrir cualquier condición precancerosa y detectarla para tratarla a tiempo. Es por este motivo que los médicos insisten tanto con la citología vaginal.
Ahora bien, ¿cada cuánto debería hacérmelo?

Como decíamos, el VIH se contagia mediante la vía sexual. Por esta misma razón, se recomienda que luego del año de mantener la primera relación sexual se concurra al ginecólogo para realizar este test -el desarrollo de las células es demasiado lento como para poder detectarlo inmediatamente después de la primera vez-. Aun si no tuviste relaciones sexuales, se recomienda que a los 21 años de edad la mujeres ya comiencen con este tipo de chequeos.
Respecto a la frecuencia ideal de realización de este test, lo cierto es que no hay una única opinión establecida. Según la Sociedad Americana de Obstetras y Ginecólogos, aquellas mujeres entre 20 y 30 años de edad deberían realizarse este estudio cada dos años. Hay también profesionales que aprueban el hecho de realizarlo cada 3 años.

En el caso de las mujeres mayores a 30, la situación cambia. A esta edad también se suele realizar el examen de VPH, prueba que según un estudio publicado recientemente en la revista The Lancet Oncology puede detectar lesiones cervicales anormales antes y con mayor precisión que el PAP.
Entonces, aquellas mujeres de 30 años o más a quienes, tras ambas pruebas (el PAP y el examen de VPH), no se les haya detectado ninguna célula enferma, pueden disminuir la frecuencia de realización de estos tests a 5 años.
¿Qué sucede si una prueba de PAP me da "anormal"?

No debes asustarte tampoco, las pruebas de PAP en muchas ocasiones detectan alteraciones, sin que esto signifique que tienes cáncer o que vas a desarrollarlo.
Dependiendo del tipo al que pertenezcan estas células anormales, el médico puede recomendar repetir la prueba en cuatro o seis meses, o directamente realizar una colposcopia, que le facilite una mejor visión del cuello uterino y le dé la posibilidad de tomar muestras del tejido para realizar una biopsia.
Ten presente que en los 2 ó 3 días previos a esta prueba ginecológica, no es recomendable mantener relaciones sexuales ni darte duchas vaginales para que el resultado pueda ser más preciso.
Y nunca olvides la importancia de realizarte este examen. Con su ayuda, el cáncer cervical ha disminuido más del 50% en los últimos 30 años. Ve y pide hora con tu ginecólogo ;)








