El metabolismo se define como «la serie de reacciones químicas que se producen en un organismo para obtener la energía necesaria para la vida», según la Universidad de Harvard. Su ritmo se encuentra determinado por la genética, pero también por el estilo de vida. En general, se afirma que si este es más activo, mayor será la quema de calorías.
Qué errores típicos pueden enlentecer tu metabolismo en tus narices sin que lo notes

El debate de hasta qué punto podemos controlar el ritmo de nuestros metabolismos sigue abierto. No obstante, hay ciertos hábitos que se asocian a un menor ritmo metabólico:
Dormir poco

La falta de sueño puede conducir a alteraciones metabólicas que favorecen la acumulación de grasas, como confirma el nutricionista Seth Santoro a Eat This. ¡Otro motivo más para asegurarte un descanso de entre 7 y 9 horas diarias!
¿Cómo puedes favorecer el sueño?
- Cena liviano y temprano para no acostarte en pleno proceso de digestión.
- Evita el uso de pantallas electrónicas antes de descansar. Un libro en formato papel es un excelente aliado de la relajación y el buen descanso.
- Procura mantener una rutina de sueño, es decir, levántate y acuéstate más o menos a la misma hora todos los días para que tu cuerpo se acostumbre y sepa identificar con claridad las señales que le envías.
Mucho estrés

El estrés interfiere en cómo tu organismo procesa los alimentos. De hecho, se ha comprobado que existe una relación directa entre tu estado emocional y el funcionamiento de tu estómago. Además, el estrés ocasiona alteraciones en el sueño, puede disparar dolores corporales y hasta favorecer la hipertensión.
Así que no permitas que el estrés te manipule a su antojo: aprende técnicas para ser tú quien tenga el control.
Descenso rápido de peso

Bajar de peso muy rápido es el sueño de muchas personas, pero puede terminar por desencadenar el efecto contrario. Si te comprometes con una dieta altamente restrictiva, tu organismo entrará en el modo de ahorro de energía (recuerda que fue diseñado para sobrevivir). Como consecuencia, tu ritmo metabólico decaerá y, ni bien alcances tu objetivo y comiences a comer como antes, experimentarás el efecto rebote.
Nada de sol

La exposición solar asegura la producción de vitamina D, esencial para el buen funcionamiento del metabolismo. La evolución puede ayudarnos a explicar este fenómeno: mientras más permanezcas en un espacio cerrado, tu cuerpo más se aferrará a la energía restante, pues asociará esta situación a la escasez de alimentos. Por este motivo, entonces, la falta de contacto con el sol hace que el cuerpo gaste la energía más lentamente.
Por tanto, procura estar en contacto con el sol al menos 15 minutos diarios con protección y en las horas más seguras.
Para activarte y relajarte a la vez








