Cada año, millones de personas se comprometen con un régimen para adelgazar. Algunas ponen el acento en los alimentos bajos en grasas, otros en las dietas ricas en proteínas, o se privan totalmente de cierto grupo alimenticio –los cereales y sus derivados, por ejemplo–. Varias personas pierden peso rápidamente y lo anuncian a todo el mundo a bombo y platillo, sin embargo, la mayoría vuelve a recuperar el peso perdido en poco tiempo. ¿Por qué las dietas milagro no funcionan?
¿Por qué no funcionan las dietas milagro?

Una solución a corto plazo
Una solución a corto plazo da resultados a corto plazo. Para que los resultados duren, es necesario que los cambios aportados al estilo de vida se mantengan. Volviendo a antiguos hábitos, se vuelve a recuperar el peso perdido.
Conviene elegir modificaciones sencillas que se puedan mantener de por vida. Las dietas milagro pueden afectar al metabolismo. El metabolismo es la velocidad a la que el cuerpo quema las calorías. En función de la edad y el nivel de actividad física, la energía se utiliza con mayor o menor rapidez. Cuando se reduce el aporte en nutrientes de forma drástica, la velocidad a la que el cuerpo utiliza la energía también se reduce para garantizar la supervivencia. En el momento en el que se vuelve a una alimentación normal, será más difícil mantener el peso.

La privación de nutrientes
La privación de nutrientes puede conllevar una pérdida de masa muscular. Privando al cuerpo de comida, nos creemos que solo se queman las reservas de grasa; sin embargo, esto no es así. En caso de hambruna, el instinto de supervivencia dicta al cuerpo de preservar su masa grasa, puesto que es en ese lugar donde reserva la energía de la manera más eficaz. Entonces, la masa muscular empieza a verse reducida, ralentizando el metabolismo. Ciertamente se pierde peso en la balanza, pero ¿a qué precio y por cuánto tiempo?
La privación conlleva, normalmente, un deseo intenso de comer más. De esta forma, después de haberse privado drásticamente durante un cierto tiempo, se suele perder el control en cuanto a la calidad y la cantidad de lo que se come. Más vale permitirse algunos alimentos reconfortantes de vez en cuando, pero en pequeñas porciones.
Las dietas milagro nos hacen ignorantes. Todo el mundo puede seguir un menú calculado para una o dos semanas, pero ¿qué harás después del tiempo que dura la dieta? ¿Comerás lo mismo semana tras semana o volverás a los antiguos hábitos? La única forma de adoptar y mantener unos buenos hábitos de vida es informándose sobre la nutrición. Los nutricionistas son profesionales de la salud necesarios para ayudar a comprender las necesidades que tiene cada persona, y así poder idear un estilo de alimentación apto para nuestra edad, nuestra salud, nuestro nivel de actividad y tantas otras cosas.
Y tú, ¿has hecho alguna vez una dieta milagro? ¿Cómo te ha resultado?
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