Albert Camus fue un referente de la literatura francesa y una de las máximas figuras del existencialismo. Este escritor, nacido en 1913, fue también el creador de la corriente filosófica llamada absurdismo. Para Camus, la vida no tenía sentido. Por eso, decidió encontrarle uno: la rebeldía.
Los 3 antídotos de un Premio Nobel de Literatura contra el absurdo de la vida

Camus recibió el Premio Nobel de Literatura en 1957. Su mérito fue trasladar a su obra las dudas más comunes del ser humano. Falleció en 1960, a la edad de 46 años, en un misterioso accidente automovilístico.
El sentido de la existencia
Si de acuerdo al absurdismo la vida no tiene un sentido, ¿qué hacemos entonces? Para muchos absurdistas, en ese sinsentido radica su verdadero valor: no tiene sentido, el sentido se lo damos nosotros. Podemos hacer con ella lo que queramos.
«Aceptar el absurdo es una experiencia necesaria», afirmaba el Nobel de Literatura en una entrevista en 1945, de acuerdo a Brain Pickings. Pero ese absurdo «no debe convertirse en un callejón sin salida».
Para Camus, «el absurdo despierta una rebelión que puede ser fructífera». «Un análisis de la idea de la rebeldía podría ayudarnos a restaurar un significado relativo de la existencia», afirmaba, «aunque ese sentido relativo se encuentre siempre amenazado».

Los antídotos contra el absurdo
En su obra más famosa — El mito de Sísifo—, Camus reveló sus tres antídotos contra el absurdo. «Del absurdo he obtenido tres consecuencias: mi rebeldía, mi libertad y mi pasión. El solo juego de la conciencia transforma en regla de vida lo que era invitación a la muerte», señala.
Camus encontraba en esa sensación de absurdo una invitación a actuar, a hacer, a crear. En el absurdo, él encontraba una invitación a llevar una vida rebelde, libre y apasionada; convertía el absurdo en un modelo de inspiración.
Libertad, pasión y rebeldía. En resumen, esos fueron los tres antídotos de Camus contra el absurdo. Haz lo que desees, hazlo con rebeldía, hazlo apasionadamente. Entonces, el absurdo no será tan absurdo.






