Quizás la diferencia más importante entre vivir en una casa y un apartamento es que el concepto de vecino, la proximidad, la “invasividad”, cambia mucho de uno a otro. Cuando vives en un edificio, por más que evites el contacto y corras a resguardo, hay ciertas interacciones que no puedes evitar. Tu burbuja de paz no puede sobrevivir intacta. Hay vecinos que van a ir a buscarte, ruidos de los que es imposible huir. Ascensores. Veamos con detalle cómo se compone esta fauna tan heterogénea.
Los 12 tipos de vecinos que inevitablemente te encontrarás en tu edificio

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1. La vieja chusma
Ella está al tanto de todo lo que pasa. Su vigilancia es continua, si no hay ningún rumor dando vueltas ella lo inventa. Su curiosidad y suspicacia son ilimitadas y no sabe lo que es la discreción, te la encuentras siempre barriendo los pasillos o con la mitad del cuerpo hacia el corredor: ese es su trabajo, estar atenta. Dile adiós a tus secretos.
2. El presidente de la comisión de vecinos
Es un hombre con una misión política. La justicia, el respeto por las normas, el presupuesto del edificio, todos estos pilares de la democracia los defiende a muerte. En las elecciones, su desbordante entusiasmo le permite, año tras año, arrasar con la (escasa) competencia. Se lo toma muy en serio.
3. La señora que siempre necesita ayuda con algo

Siempre se le acaba de romper algo, algún problema para abrir un archivo que le enviaron sus nietos, una frasco herméticamente cerrado… y como sus hijos “viven lejos” se aprovecha de ti para que se lo resuelvas. También es frecuente que te pida que le lleves bolsas, cajas, en fin, trabajo pesado. No puede hacer nada sola.
4. El señor quejoso

Pasa el tiempo encontrando problemas, goteras, “un feo sabor en el agua”, cosas que no funcionan o están "a punto de romperse”, no está conforme con nada, ni con las soluciones que se proponen. Suele estar amargado y solo habla de desgracias.
5. La pareja que se pelea

¿Pareja o archienemigos? Cuando el griterío se aquieta, temes que alguien esté muerto o amordazado. Nunca van a romper, necesitan ese nivel de violencia y adrenalina para sentirse vivos. No es amor si no hay proyectiles volando por los aires.
6. El grupo de estudiantes que viven juntos

Con ellos, el clima festivo es constante, tanto así que te dan ganas de que te inviten algún día. Cada vez que te los encuentras, acaban de comprar una cerveza. Te preguntas cómo hacen para mantener esos niveles de energía.
7. La pareja muy cachonda

¿Hace poco que están juntos? ¿Piensan seguir con ese ritmo maratónico de por vida? ¿Por qué te sientes tan solo mientras escuchas los gemidos hasta la madrugada e intentas dormir? A la mañana siguiente, la pareja sale animada y sin una gota de vergüenza mientras tú quieres olvidar que escuchaste cada detalle.
8. El ladrón

Es la razón por la que periódicamente cambias tu contraseña de wifi. Siempre “confunde” tus facturas con las de él, tus revistas, tus paquetes. Fuma y tira las colillas hacia tu terraza. Mueve los muebles cada domingo a las 3 de la mañana. Es una bola de nervios y un criminal en potencia. Sus niveles de paranoia se explicarían solo si estuviera siempre drogado.
9. Los niños hiperactivos

Juegan con una pelota en el corredor, corren, gritan, se tropiezan pero siguen corriendo, si se lastiman no les duele. Son monstruos consentidos por sus padres, muy malcriados. Tú no eras así de chico.
10. El viejo místico

El incienso, la ropa holgada, los cuarzos colgantes, el apartamento de este señor es una especie de santuario. Te da los consejos más extraños: si estás cansado y se lo comentas en ascensor te dirá que tiene que ver con la energía del 2012 y el cambio de era, nada que una "limpieza" no arregle. No confías en él porque hay algo muy pervertido en la forma en que no para de mirar el escote de tu amiga.
11. El misterioso que ves dos veces al año

¿Será que nunca sale de su apartamento o tiene horarios muy distintos a los tuyos? Justo cuando pensaste que se había mudado o que ni siquiera vivía ahí, te lo encuentras de vuelta, seis meses más tarde, una gélida noche de invierno. Gente como esta es la razón por la que la gente ve fantasmas.
12. El abuelo que se confunde de apartamento

Está sinceramente perdido y nunca debería andar solo. Ya te confundió con su enfermera, la limpiadora y su hija Isabel. Le hablas con ternura y le explicas que su apartamento es en frente.
¿Ya te has encontrado con alguno de ellos? ¿Cómo es la convivencia en tu edificio?
