Antes de intentarlo, pensamos que es bastante sencillo. Nos acomodamos, juntamos las piernas y tratamos lentamente de tocar los dedos de los pies con nuestras manos, sin flexionar las rodillas.
¿Logras tocarte los dedos de los pies con las manos? Por qué esta habilidad es tan importante

En ese momentos nos damos cuenta de que no era tan fácil, así que no dudamos en culpar a nuestra genética o a la naturaleza de nuestra anatomía. Todo para evitar el motivo real: la falta de flexibilidad de nuestro cuerpo.
Los beneficios de la flexibilidad

La habilidad de tocar los dedos de los pies con las manos no solo indica flexibilidad del cuerpo, sino también de las arterias coronarias, de acuerdo a la BBC. Una investigación publicada en American Journal of Physiology y realizada por por Kenta Yamamoto, de la Universidad del Norte de Texas, concluyó que un cuerpo menos flexible en personas que tienen más de 40 años indica mayor rigidez de las arterias.
Otro estudio, publicado por el Centro Nacional para la Información Biotecnológica de Estados Unidos, llegó a una conclusión parecida. Los investigadores descubrieron que las personas de mediana edad pueden disminuir de forma significativa la rigidez arterial si hacen durante cuatro semanas ejercicios de estiramiento estático.

Los dos estudios coinciden en que es necesario profundizar más en el tema, pero sobre todo aclaran que quienes no logran tocarse los dedos de los pies con las manos no están en riesgo inminente de tener un problema cardíaco. No obstante, y tal como se explica en la revista Life Extension, es importante considerar que la rigidez arterial daña los capilares que nutren los órganos del cuerpo. Supone una pérdida de juventud de las arterias que dificulta la regulación del flujo sanguíneo y su presión, y puede dañar, eventualmente, a distintos órganos del cuerpo.
Realiza ejercicios de estiramiento
Para poder tocar los dedos de los pies tienes que mejorar la flexibilidad de la parte inferior de la espalda y las piernas. Puedes potenciarla con una rutina diaria de ejercicios estáticos.

Este es muy sencillo: tienes que estar boca arriba y levantar una pierna hasta formar un ángulo de 90º con tu cuerpo. Luego dobla la rodilla y acércala lo más que puedas a tu pecho. Intenta abrazar la pierna doblada para aumentar la flexibilidad.
La flexibilidad es innata en los seres humanos, pero si no se ejercita se va perdiendo con el tiempo. Al ser regresiva, puedes volver a ser flexible, sin importar la edad que tengas.
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