Lifestyle

La toxoplasmosis en el embarazo

La llegada de un bebé es uno de los acontecimientos más felices que una mujer pueda vivir a lo largo de su existencia. El embarazo llega finalmente con un número impresionante de precauciones. Es primordial tratar a la mujer embarazada como si fuera algo extremadamente delicado, y estos cuidados se sitúan tanto a nivel alimenticio como en la protección de todo tipo de enfermedades.

PUBLICIDAD

Entre las enfermedades que los médicos vigilan con especial atención, está la toxoplasmosis. Transmisible a través de un gato infectado, esta enfermedad puede causar graves daños al feto y provocar un aborto. Más que centrarse en la toxoplasmosis del animal, veamos más bien cuáles son las precauciones que debe tomar la mujer embarazada para evitar su infección.

Las fuentes de transmisión de la toxoplasmosis

El gato: Tal y como hemos mencionado, el gato es la principal fuente de transmisión de la toxoplasmosis. Ciertas estadística demuestran que cerca del 60% de los felinos han sido contaminados en un momento u otro de su vida. Se trata de la ingestión de presas (pájaros o ratas) infectadas y el consumo de carne cruda los que implantan el parásito en su interior.

Los objetos sucios: Lo que ha sido manchado por los excrementos del gato pone en riesgo a la mujer embarazada. Esto puede incluir ciertos accesorios, pero principalmente se trata de la cama, que conlleva un riesgo importante.

Imagen thinkstock

La carne: Los animales de sangre caliente suelen estar infectados por la toxoplasmosis. Los seres humanos no deben temer normalmente el contagio, puesto que su sistema inmunitario es lo suficientemente potente como para rechazar los efectos nefastos del parásito. En el caso de la mujer embarazada, las cosas son ciertamente diferentes.

Las precauciones en la cocina

Acabamos de mencionar que la carne y la tierra pueden ser una fuente de contaminación. Menos mal que algunas acciones concretas pueden erradicar los riesgos inherentes a estos vectores de transmisión.

PUBLICIDAD

Una cocción suficiente: Es en la carne cruda donde la enfermedad se presenta, no en el filete bien hecho. Por lo tanto, conviene garantizar que la mujer embarazada no ingiera carne que sea dudosa desde ese punto de vista. Más vale pasarse en cocción que quedarse corto.

Un lavado de manos frecuente: El contacto con la tierra contaminada y la carne cruda no es tan dramático; pero conviene lavarse las manos con frecuencia para evitar que los ojos o la boca entren en contacto con los parásitos.

Imagen thinkstock

Limpiar los alimentos: Es fundamental lavar bien la ensalada, las verduras, las fresas y todos los alimentos que se consumen crudos.

Cuidado con los alimentos crudos: Se debe evitar consumir la leche cruda, los huevos crudos y las verduras crudas en un restaurante, puesto que no se sabe si han respetado las reglas de higiene necesarias.

A modo de curiosidad, cabe decir que la cocción en el microondas no es suficiente para destruir el parásito. 

Ver más: Toxoplasma gondii

Habiendo considerado ya estos cuidados, no debemos olvidarnos del riesgo de la toxoplasmosis en el embarazo. Por eso, si bien la mujer embarazada debe llevar una vida normal, es cierto que necesita mantener determinados cuidados básicos para tener un niño sano.