La abuelita fotógrafa que te inspirará a ir en busca de lo que te apasiona

Muchas veces dejamos que la edad se convierta en un impedimento para alcanzar nuevos desafíos, para animarnos a salir de la rutina o incluso para descubrir aquello que realmente nos apasiona.

Nos dejamos llevar por el hecho de que a tal edad se supone que debemos estar recibidos, a tal edad casados y a otra ya disfrutando de una familia formada. ¿Pero quién sabe lo que realmente nos hace felices? Solo nosotros mismos tenemos ese poder y a veces romper con lo establecido es la clave para dar ese paso extra que cambia nuestras vidas.

Kimiko Nashimoto tomó su primera cámara de fotos cuando tenía 72 años, y desde entonces, la fotografía ha sido capaz de transformar su vida.

Una valiosa lección

Hemos escuchado más de una vez, de nuestros padres o de nuestros abuelos, lo necesario que es no estresarse por lo que no vale la pena y no rendirnos en busca del camino que nos haga vivir una vida más placentera.

Nishimoto es un ejemplo de ello, de cómo la edad es tan solo un número y a la hora de encontrar lo que nos apasiona, nunca hay una fecha límite. Hoy en día es una reconocida fotógrafa de 89 años que disfruta del éxito de hacer lo que le gusta.

La importancia de reírse de uno mismo

A veces nos preocupamos demasiado por la imagen que proyectamos, porque todo sea perfecto o agradable para los demás, y eso se refleja en nuestras fotografías. Buscamos el ángulo que más nos beneficia, agregamos un filtro para vernos mejor y de cierta manera buscamos agradar a los demás con nuestras fotografías.

Pero con toda una vida vivida, Nishimoto ha aprendido el valor de saber reírse de uno mismo, de disfrutar de los momentos y de armar fotografías que generen risa o alegría, más que admiración o seguidores. Para ello, ha creado una serie de autorretratos que se expondrán en la Epson Imaging Gallery de Tokio de diciembre a enero de 2018.

Esas fotografías son una especie de burla tanto a ella misma como a la sociedad. Con trajes extraños, composiciones divertidas y situaciones extrañas, ha encontrado la creatividad para sacarnos una sonrisa y hacernos reflexionar.

Claramente no hay edad para despertar la pasión y en el camino es importante reírse de uno mismo, de los tropiezos y los aciertos que son parte de la vida. ¿Te gustó su historia?

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