El amor es impredecible, pero asombrosamente exacto. Llega en el momento que menos lo esperas, moviliza todas tus estructuras y crea nuevas, genera una mezcla de sensaciones increíbles. El amor nos modela y nos enorgullece, pero muchas veces nos asusta.
In Heartbeat, el corto independiente que nos recuerda qué siente el corazón cuando nos enamoramos

Cuando nos enamoramos muchas cosas pasan en nosotros y las vivimos como etapas. Este nuevo cortometraje independiente pone imagen y movimiento a cada una de ellas.
Fase 1: me di cuenta de que estaba enamorado

«Perder la cabeza» por una persona no es algo que se haga a propósito, simplemente sucede. De un momento a otro, comenzamos a sentir un cosquilleo en el estómago y la ansiedad se apodera de nosotros cada vez que esa persona merodea en nuestra mente.
En un momento nos encontramos rendidos ante nuestros sentimientos, mirando a esa persona especial con ojos enamorados y una sonrisa imposible de desdibujar, es cuando lo aceptamos: estamos enamorados.
Fase 2: sentí vergüenza por haberme enamorado

Al tomar consciencia de lo que estamos sintiendo nos volvemos vulnerables, tontos, y por qué no, algo torpes. Como no sabemos qué siente el otro, intentamos ocultar y esconder lo que sentimos, incluso nos lo negamos, pero nuestro corazón es fiel a su amor y siempre nos deja en evidencia.
Esconder lo que sentimos nunca es el camino correcto porque el amor es difícil de ocultar. El amor es el sentimiento más puro, el que siempre triunfa, y al negarlo solo prolongamos un sufrimiento interno innecesario que, poco a poco, acaba con nosotros.
Fase 3: ¡Que nadie se entere!

Esto pasa principalmente cuando somos adolescentes y creemos que enamorarnos nos hace débiles. En el momento nos damos cuenta que sentimos algo parecido al amor, no solo tratamos de ocultarlo de nosotros mismos, sino que también hacemos todo para que los demás no se enteren.
Las burlas y los prejuicios que pueden depositar en nosotros son demasiado pesados y no estamos listos para sobrellevarlos aún.
Fase 4: ¿sentimos lo mismo?

Hay una momento clave en el amor romántico: cuando nos cruzamos cara a cara con la persona que amamos y que verdaderamente nos atrae. En ese momento es como si nada más importara en el mundo. De pronto, esa persona nos da señales de que lo que sentimos es recíproco.
Fase 5: me vuelvo a mentir a mí mismo

La lucha interna entre lo que sentimos y lo que los demás esperan que hagamos es tan fuerte que muchas veces reprimimos lo que hay en nuestro interior y sufrimos. Las etiquetas y los prejuicios nos dominan hasta el punto en que no nos permiten vivir una vida plena.
Esconder nuestros sentimientos solo nos carga de miedos y nos lleva a lugares oscuros y tristes. Necesitamos entender que el amor no se elige, simplemente sucede. Cuando el amor llega difícilmente se va, sin importar la edad, la etnia o el sexo.
Fase 6: ¡vivamos el amor!

Cuando nuestro corazón se cansa de esconderse y de privarse de ser completamente feliz es cuando todo lo que quisimos ocultar sale a flote inevitablemente. No nos importa nada a nuestro alrededor, todos aquellos preceptos que alguna vez oímos desaparecen.
Esta es la mejor fase porque finalmente nos permitimos disfrutar de lo que sentimos, de ser como verdaderamente somos y de lo que la vida nos ha puesto en el camino. Es la fase en que comenzamos a vivir más allá de los estereotipos y nos aferramos al amor.

El amor es subjetivo y perfecto, aunque estas etapas nos confundan y nos hagan creer lo contrario. De nada sirve reprimir al amor porque, en definitiva, no importa lo que hagamos, lo que dicte nuestro corazón siempre va a ser más fuerte.
Recuerda: el amor es amor siempre, no lo ocultes, vívelo.
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