Las filosofías orientales centran muchos de sus supuestos en torno al concepto de complementariedad, equilibrio entre opuestos, fuerza conjunta o, en jerga de las mismas, Yin y Yang. Estas fuerzas opuestas están presentes en todo lo que existe, y se complementan dándole a todo un sentido de unidad.
El Tai Chi y el Yin y Yang

Como el tai chi es una de las expresiones de la sabiduría oriental, obviamente no está excento de esta lógica de opuestos. De hecho, el Yin y el Yang son alma mater del tai chi, y en todos los ejercicios de esta disciplina existe una cuota de opuestos en interacción.
Así, cuando realizamos un ejercicio de tai chi combinamos inconscientemente las partes del yin y del yang propias el arte marcial, y este balance y equilibrio nos hace entrar en extrema concentración e introspección. Cada movimiento tiene valor en función del yin y del yang, y también del centro de gravedad, que une ambos opuestos.
De hecho, en todas las formas y ejercicios que adquiere el tai chi, es el yin y yang inherente a él el que marca la sensitividad necesaria para cada uno de los movimientos.
Claro que el tai chi no es la única práctica oriental que contiene este principio de opuestos. El yoga y las demás artes marciales también cumplen con él; de hecho, es una de sus fuerzas fundadoras.


