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El sol quemó mi piel, ¿qué hago?

El sol fue el dios de las más antiguas civilizaciones. Y lo sigue siendo; de hecho, es muy probable que nunca antes en la historia de la humanidad se haya venerado así a una persona “acariciada por los rayos del astro rey”. O, desde una perspectiva más realista y menos poética, nunca se ha admirado tanto como ahora a las personas achicharradas por la radiación solar.

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Terminado el momento filosófico del día, apuntemos a lo práctico. La pregunta es: ¿qué puedes hacer si has abusado del sol? ¡Acá van nuestras recomendaciones!

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#1 Baño fresco

Alivia tu piel con agua fresca –NO fría, para evitar que tu organismo entre en shock–. No uses sales de baño o aceites. En su lugar, aplícate entre 1/2 y 1 taza de avena; deja que actúe por unos momentos y sécate al aire (es decir, sin toalla).

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#2 Aloe vera

Esta plantita mágica borrará el enrojecimiento cutáneo y te liberará del dolor. Solo tienes que aplicar su gen en la zona afectada entre 5 y 6 veces al día durante una semana.

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#3 Paño fresco

Moja un paño en agua fría y avena o bicarbonato, y colócalo sobre la piel quemada durante varios minutos. No dejes pasar mucho tiempo sin antes repetir este procedimiento para prevenir que el paño se caliente.

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#4 Mucha agua

Las quemaduras solares siempre suponen un grado considerable de deshidratación. Por este motivo, es fundamental que nutras a tu piel desde dentro y bebas mucha agua. Esta medida te ayudará a acelerar el proceso de sanación cutánea.

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#5 Crema humectante

Complementa la hidratación de tu piel con una buena crema humectante. Ella te permitirá eludir la sequedad que viene aparejada con la aplicación del paño frío. ¿Un tip? Antes de aplicártela, puedes dejar tu crema en la heladera por un tiempo para que se enfríe y le regale un alivio extra a tu piel.

En lugar de curar, ¡previene!: 4 consejos para curar la piel del sol

Estas son algunas medidas que facilitarán la recuperación de tu piel. Ahora bien, ¡no vuelvas a descuidarte así! El sol es una fuente de vida, pero merece respeto.