Imagina un día muy agitado en tu oficina. Te mantuviste todo la jornada en acción y con muchos problemas que no te dieron ni un respiro. Llegas a tu hogar agotado y allí la ves sobre la mesa: una tableta de chocolate. ¿Qué haces? Creo que lo mismo que yo y la mayoría de las personas. La atacas y en pocos minutos te encargas de que desaparezca, ¡ni siquiera la culpa se interpone en tu gran hazaña!
¿El estrés puede influir en cómo eliges lo que comes? ¡La ciencia responde!

Y después, un clásico: tampoco tendrás ánimo para prepararte una comida saludable. ¡Es mucho más sencillo comprar una hamburguesa con papas fritas y ponerlas al horno que hervir un montón de verduras!, o al menos eso es lo que te dices.
Apuesto a que esta situación te resultó más que familiar, ¡no eres el único! Por eso, la ciencia se encargó de estudiar la relación que existe entre el estrés y el apetito...
¿Cuáles son los efectos del estrés sobre el apetito?

El cerebro es el encargado de enviar las señales de hambre; todo ocurre en nuestro hipótalamo, el área del cerebro que produce hormonas encargadas de regular nuestro metabolismo.
Pero cuando el estrés persiste en nuestra vida, todo se trastoca. La adrenalina que suprimía nuestro apetito deja su rol protagónico y se ve desplazada por el cortisol, que hace que nuestro apetito aumente.
Entonces, ¿qué pasa cuando el estrés no se va? La hormona cortisol y sus efectos tampoco y, como consecuencia, sentimos más ganas de comer.
Aunque esto no es todo...
¿Qué elegimos comer bajo estrés?

Varios estudios han demostrado que la angustia emocional y física potencia la ingesta de alimentos con alto contenido en grasas y azúcar.
¿A qué se le puede atribuir estas grasosas y azucaradas preferencias? A la combinación explosiva de los altos niveles de cortisol e insulina. También hay quienes aseguran que la grelina u “hormona del hambre” tiene un papel importante en este fenómeno.
En el momento que ingerimos estos alimentos, las actividades relacionadas con el estrés quedan parcialmente inhibidas, por lo que parecen funcionar como una medida antiestrés bastante efectiva. ¡Pero claro que solo representan soluciones efímeras!
Entonces, si vives estresado: ¿cómo crees que terminará eso? Sí, estás en lo correcto: en un abuso de comida con alto contenido de azúcar y grasa y, posiblemente también, en sobrepeso.
¡No permitas que este sea tu caso! No te conviertas en un esclavo del estrés, ni dejes que interfiera en la nutrición de tu cuerpo. Ahora que conoces los terribles efectos que puede ejercer en tu alimentación, ¡supéralos!
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