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El asombroso mensaje del Titanic y otras increíbles historias que se escondieron en una botella

Cada una de estas historias parece salida de un cuento, pero son hechos que sucedieron en la vida real. Un día algunas personas decidieron escribir una mensaje y ponerlo dentro de una botella que luego tiraron al mar, los motivos son diversos, pero tienen en común que son todos sorprendentes y fascinantes. 

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Naufragio descubierto

En 1794, un marinero japonés llamado Chunosuke Matsuyama y sus 43 compañeros sufrieron el paso de una tormenta y naufragaron en una isla del Pacífico Sur. Sin suministros, toda la tripulación no logró sobrevivir. Chunosuke había tallado en madera lo que les había sucedido, puso la madera en una botella y la tiró al mar. Nadie supo qué había pasado con ellos hasta que la botella fue descubierta 150 años más tarde cerca de la aldea japonesa de Hiraturemura.

Mensaje del Titanic

Jeremiah Burke, de 19 años, de Glanmire, y su prima Nora Hegarty, de 18 años, subieron al Titanic para reunirse con sus hermanas que se habían establecido en Boston unos años antes. Antes de zarpar, la madre de Burke le dio una botella de agua bendita. Cuando el Titanic comenzó a hundirse, Burke logró escribir un mensaje y lo colocó en la botella que le había dado su madre: «Desde el Titanic, adiós a todos, Burke de Glanmire, Cork». Los primos murieron en la tragedia, y un año después, la botella llegó a la costa a pocos kilómetros de la casa de su familia. 

Imagen Shutterstock

Carta inesperada

En 1914, un soldado británico de la Primera Guerra Mundial, Thomas Hughes, le escribió una carta a su esposa, la puso en una botella y la arrojó al Canal de la Mancha. Murió dos días después en Francia. En 1999 un pescador encontró la botella en el río Támesis. Era demasiado tarde para entregarle la carta a su esposa que murió en 1979, pero no demasiado tarde para su hija, de 86 años (tenía solo 1 año cuando él murió). El mensaje fue entregado a ella.

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Experimento alemán

En 2018, Tonya Illman estaba caminando por una playa de Australia cuando descubrió una botella vieja de ginebra con un papel enrollado dentro. El papel tenía la fecha del 12 de junio de 1886 y provenía de un barco alemán. Entre 1864 y 1933 varios barcos alemanes arrojaron al mar botellas con mensajes dentro. Las notas tenían las coordenadas del barco, la fecha y su ruta.

El Observatorio Naval Alemán quería aprender más sobre las corrientes oceánicas, por eso las notas pedían a las personas que escribieran dónde y cuándo descubrieron la botella, y que la devolvieran al Observatorio. Un museo marítimo local verificó la nota y la botella está actualmente en exhibición.

Imagen Thinkstock

Mensaje inconcluso

En 1915, al inicio de la Primera Guerra Mundial, un torpedo alcanzó al  transatlántico Lusitania. Tardó solo 18 minutos en hundirse. Pero esos minutos fueron suficientes para que un pasajero escribiera un conmovedor mensaje y lo pusiera dentro de una botella: «Todavía en cubierta con algunas personas. Los últimos barcos se han ido. Nos estamos hundiendo rápidamente. Algunos hombres cerca de mí están rezando con un sacerdote. El final está cerca. Tal vez esta nota... ». Y nunca sabremos lo que ese hombre quiso decir en la nota, porque hasta allí puede leerse con claridad.

Carta de amor

En 1956, un marinero sueco llamado Ake Viking quería encontrar al amor de su vida de una manera inusual. Escribió una nota que decía: «A alguien hermoso y muy lejano...», la puso dentro de una botella y la tiró al océano. Dos años después, la nota fue respondida por una mujer siciliana llamada Paolina: «No soy hermosa, pero parece un milagro que este pequeño frasco haya llegado tan lejos, así que debo enviarte una respuesta». Los dos comenzaron a enviarse cartas, hasta que Viking decidió mudarse a Sicilia para casarse con Paolina.

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Historias increíbles que despiertan el asombro y resultan una fuente de inspiración para muchos.