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Detrás del atleta más galardonado de las Olimpíadas hay una historia de superación, ¡conócela!

Cada vez que compite hace historia pero, además, vence al pasado.

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Tiene 31 años, es atleta, nadador y se convirtió hace dos días en el jugador olímpico más galardonado. ¿Cómo lo hizo? Además de un gran físico y una ardua preparación, Michael Pheleps tuvo que vencer muchísimos obstáculos, que casi lo llevan a abandonar tempranamente este deporte. El mundo casi se quedó sin Michael Pheleps, pero volvió, ¡y lo hizo de manera estupenda!

Haciendo historia

Imagen Getty Images

Hasta el día de hoy tiene 26 medallas olímpicas, 22 de oro. Pero si todo sigue igual, el nadador puede terminar los Juegos Olímpicos de Río con 27 medallas.

Cuando consiguió la medalla 21, quince minutos antes de recibir la número 22, explotó en emoción y tan solo quiso hacer una cosa: ir corriendo a besar a su bebé de 3 meses. Luego, pasados algunos minutos, compitió con su equipo.

En quince minutos consiguió dos medallas de oro, mucho más que lo que varios países pueden conseguir en uno, dos, tres o más Juegos Olímpicos. No es cuestión de comparar, pero sin duda las capacidades que tiene Pheleps son extraordinarias.

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Quedó exhausto luego de ambas competencias, pero seguro dentro suyo estaba lleno de orgullo, sobre todo, si recuerda que hace cuatro años anunció que se iba a retirar. Dos años después, decidió que todavía no era su hora y empezó a trabajar de cara a Río 2016. Para esta ocasión, fue abanderado por Estados Unidos y manifestó que “en Londres quería hacer historia. Ahora quiero caminar en la ceremonia de apertura, representar a Estados Unidos de la mejor manera y hacer que mi familia se sienta orgullosa. En esta ocasión, se trata mucho más que las medallas”.

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Tropezar y volver a levantarse

“Me estoy divirtiendo de nuevo. Estoy disfrutando de lo que estoy haciendo”, manifestó Phelps. Quizá, te preguntarás por qué. Un atleta nato, un gran físico y una gran mente estuvieron a punto de colapsar, y ahora resurgió, como el Ave Fénix, y vino a estos nuevos juegos para disfrutar y hacer lo que tanto le gusta y que tan bien sabe hacer.

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En los Juegos Olímpicos de Londres no quería nadar, las medallas no significaron nada. Su cabeza estaba en otro lado, su mente también. Drogas, alcohol, depresión fueron las causantes de su decisión de abandonar la natación. El punto cúlmine fue cuando lo detuvieron por conducir ebrio, allí lo condenaron a 18 meses de libertad condicional. Ahí pareció terminar su carrera y el declive de su vida personal.

Ese momento marcó un antes y un después en su historia. Comenzó a cuidarse, a tratarse para mejorar sus adicciones, formó una familia y empezó a tratar a las personas y a la prensa mucho mejor. Poco a poco empezó a cambiar, hasta este agosto en el que está demostrando todo su potencial.

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Él lo logró, venció a las drogas y a la depresión, y pudo disfrutar no solo de su trabajo sino que además formó una hermosa familia y consiguió sentirse pleno.

La vida puede ponernos obstáculos. Uno, varios, muchísimos, pero está en nosotros vencerlos, seguir luchando. Nadie dijo que sería fácil, pero llegar a la meta y disfrutar lo más posible del camino es, sin duda, gratificante.

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¿Conocías la historia del atleta olímpico más galardonado de la historia? Es muy inspirador.

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