Luego de escuchar muchas historias sobre los perros y el amor que sienten por sus dueños, está de más decir que estos animales son nuestros mejores amigos. Pero siempre surgen más historias que tienen como protagonistas a estas hermosas mascotas que nos estremecen el corazón y nos alegran el día.
De no creer, un perro caminó 80 kilómetros para reencontrarse con su dueña

Este es el caso de Casey, un Border Collie que lo que más quería era reencontrarse con su dueña, y para lograrlo caminó 80 kilómetros.
Todo comenzó cuando Carole dejó a Casey en casa de un amigo, porque tenía que mudarse. La mudanza llevaría algunos días y para que su mascota no sufriera, Carole decidió que lo mejor era dejarlo allí con la promesa de volver a buscarlo. Sin embargo, Casey se sentía muy triste por no tener a su dueña junto a él como estaba acostumbrado, por lo que fue a buscarla.
Este hermosos e inteligente perro estuvo perdido por 2 meses, todos creían que se había ido muy lejos, incluso su dueña creyó que estaba muerto.
Antes de perder las esperanzas, Carole decidió lanzar una campaña por Facebook. Inmediatamente recibió varias llamadas de personas que habían visto a Casey en distintas partes del país, pero ninguna de ellas había podido atraparlo.
La esperanza volvió a encenderse en Carole al saber que su amado perro estaba vivo en alguna parte del país. Ella redobló todos sus esfuerzos y un día todo ese trabajo valió la pena. Una noche, recibió una llamada de Newark en la que le dijeron que los guardias de Sherwood habían encontrado a Casey en un estacionamiento.
“Me eché a llorar, no puedo describirlo... cuando tu perro estuvo desaparecido por tanto tiempo sientes que no vas a volver a verlo”. Dijo Carole a The Telegraph.
El reencuentro fue hermoso, ambos estaban desbordados de felicidad.
Casey recorrió 80 kilómetros a través del Reino Unido durante dos meses para volver a ver a su dueña, y ¡lo logró!
Carole, por su parte, reafirmó lo fuerte que es el amor entre perros y humanos. Nunca más dejará que su perro vuelva a pasar por algo así.
Los animales son puros, inocentes, y a diario nos dan su amor sin esperar nada a cambio. No importa lo que haya pasado, ellos siempre estarán ahí, dispuestos alegrarnos el día. Creo que es por esto que viven menos que nosotros, porque la lección más importante la aprenden el primer día y ya están listos para irse, pero se quedan por nosotros. Son una suerte de ángeles que se esfuerzan por enseñarnos a nosotros la fuerza del amor…









