Algunas personas cometen el error de correr rígidos y tiesos, con los músculos del cuerpo contraídos sin darse cuenta de ello. Esto, además de perjudicar en el rendimiento, incrementa el riesgo de lesiones, y lo más adecuado es correr de forma relajada para así poder prevenirlas.
Corre relajado para evitar lesiones

Correr relajado es parte de las máximas de un buen corredor, pues además de ayudarte a correr más rápido y a no cansarte tanto, el correr relajado es clave para evitar lesiones.
Para conseguirlo, además de aflojar el cuerpo y adoptar una buena postura recomendamos que hagas un calentamiento dinámico antes del ejercicio combinando trotes y estiramientos. Esto preparará tus músculos y tu cuerpo para poder correr distendido.
Cuando comienzas a correr asegúrate de que tus caderas, glúteos, cuádriceps y tendones estén relajados. Todas estas partes de tu cuerpo (especialmente la cadera) debe tener la flexibilidad suficiente como para resistir el movimiento y la amortiguación.
Además, cuando corres debes asegurarte de que tu rostro, cuello, hombros, brazos y torso estén también relajados para poder correr aceitado.








