El primer día en el gimnasio puede resultar casi como nuestro primer día en el colegio. Ingresamos tímidamente, con un poco de verguenza y nerviosismo tal como si fuéramos intrusos en un mundo desconocido, lleno de aparatos, espejos y cuerpos entrenados. Por si fuera poco, nos sentimos chiquititos e intimidados al lado del musculoso gigante que levanta todas las pesas casi sin esfuerzo.
Consejos para el primer día en el gimnasio

Ante esta situación, muchas personas se sienten incómodas en el gimnasio y por ello a veces terminan abandonándolo. ¿Qué tienes que hacer para que eso no te suceda? En primer lugar, pensar en el por qué estás allí, pues lo único importante es tu decisión de hacer un cambio en tu vida. Al fin y al cabo, todos asisten al gimnasio por esa misma razón, que es hacer ejercicio para tener una mejor calidad de vida. Además, hasta el más musculoso de todos ha tenido su primer día en el gimnasio también.
Una forma de organizar tu trabajo es a través de una rutina de entrenamiento. Dile al encargado que eres nuevo y pídele que te enseñe ejercicios para principiantes. De esta manera, entrenarás de acuerdo a tu estado físico sin pasar papelones tratando de hacer los mismos ejercicios que hacen las personas avanzadas con mucho más tiempo de entrenamiento.
¿Quieres concentrarte solo en ti? Entonces, carga tu mp3 con canciones movidas que te motiven a seguir con los ejercicios, aunque considera que demasiado entusiasmo puede ser dañino. No te exijas más de lo que puedes dar, pues lo importante es empezar de a poco y notar los resultados con el tiempo.
El gimnasio puede ser aburrido o un motivo de frustración al comienzo. Sin embargo, ten en cuenta que es el gran paso que necesitabas para tener una vida más sana. ¡Esa tiene que ser tu motivación!









