Perder a un ser querido. Cuán volátil es esta frase cuando no la hemos vivido, pero qué profundo puede calar en nuestro corazón y nuestra alma cuando en realidad sucede. ¿Podemos describir con exactitud lo que se siente? Dolor, rabia, frustración…las palabras no son lo suficientemente perfectas para comprender las emociones humanas.
¿Cómo sobreponerse a la pérdida de un ser amado?

Sobrevivir a la partida de esa persona que seguiremos amando hasta nuestro último aliento, es la experiencia más complicada a la que nos enfrentamos a lo largo de nuestra existencia. Aún así, no debemos negamos a luchar y lidiar con la pena.
Es probable que el recuerdo siempre duela. Darle la cara a la muerte de quien amamos será siempre una cicatriz, pero es imperativo que aprendamos a convivir con ella sin aferrarnos ni consumirnos.
Si bien es cierto no existe la fórmula mágica que elimine la pena ni el dolor, podemos intentar disminuir su presencia.
- El primer paso para drenar el dolor es exteriorizarlo. Llora, llora todo lo que creas necesario, hasta que sientas que no tienes más fuerzas ni más lágrimas.
- Siéntate con esa persona en la que confías mucho. Háblale de tus sentimientos, desahógate con ella, es importante que no reprimas esos sentimientos de tristeza que se desligan de un proceso así.
- Puedes reunirte con personas que estén pasando por las mismas circunstancias que tú. Un grupo de apoyo te hará sentir que no estás solo, te sentirás identificado y comprendido. También, te brindará la opción de ayudar a otros y salir de ti mismo.
- Trata de despejar tu mente. Cuando te sientas preparado, sal a dar un paseo con tus amigos, redecora tu casa, inscríbete en alguna actividad deportiva o cultural. Renueva tus rutinas.
- Date la oportunidad de buscar espacios de silencio en los cuales puedas relajarte y descansar.
- Si eres creyente, no hay nada mejor para aliviar tu dolor que dejarte en las manos de tu fe.
Y finalmente, ten presente que durante todo este recorrido de recuperación, habrá momentos en los que te sentirás optimista y con ganas de salir adelante, como también etapas grises en las que recaigas y sucumbas ante el dolor.
No seas cruel contigo mismo, ni te castigues. Sé paciente y aférrate a la vida y a los maravillosos momentos que compartiste con tu ser amado…y tiempo al tiempo.








