La sola idea de probar bocado te da náuseas. Para una amante de la comida, ¡eso es una infamia! Un malestar latente amenaza con aplastar de un sopetón toda tu vitalidad. “¿Qué recórcholis me sucedió?”, piensas. Y nosotras te respondemos: es posible que, junto con tu comida, también hayas masticado unas cuantas bacterias, parásitos o algún virus. En otras palabras, resulta probable que tengas una intoxicación alimenticia.
¿Cómo sé si tengo una intoxicación alimenticia?

#1 Causas

La contaminación de un alimento puede darse en cualquiera de las etapas de su producción (cultivo, cosecha, procesamiento, almacenamiento o preparación). Con más frecuencia, se produce a causa de la transferencia de organismos perjudiciales de una superficie a otra; esto recibe el nombre de contaminación cruzada.
Los alimentos más vulnerables a este tipo de contaminación son los crudos, en particular aquellos que ya vienen preparados para su consumo inmediato, como las ensaladas.
#2 Los síntomas

Los síntomas de una intoxicación alimenticia dependerán mucho de la fuente de contaminación. No obstante, en términos generales, estos son los más frecuentes:
- náuseas y vómitos,
- diarrea,
- dolor abdominal y calambres y
- fiebre.
Estos síntomas pueden presentarse algunas horas después de haber consumido la comida contaminada, o en los días o incluso semanas siguientes. Y, en general, demoran un par de días en desaparecer por completo.
#3 Complicaciones

Al provocar vómitos y diarrea, las intoxicaciones alimenticias suelen implicar una pérdida significativa de agua, sales esenciales y minerales. En algunos casos, esto puede resultar en la deshidratación del organismo, la que a su vez genera cansancio y dolor de cabeza.
Más información: Los signos de la deshidratación
Entonces, si sospechas que puedes estar intoxicada, ¡no pierdas tiempo! Consulta a tu médico y sal de la duda. Él te mostrará el mejor camino a seguir para que encuentres una pronta recuperación.







