Cómo reducir el consumo de sodio

Elige los alimentos con cuidado

Cuando hagas las compras, mira con atención las etiquetas de los alimentos. Elige siempre los productos bajos o reducidos en sodio. Opta por las verduras congeladas en lugar de las verduras enlatadas. ¿Un truco? Enjuaga los alimentos en un colador para deshacerte de la sal.

No agregues si no puedes probarlo

No añadas sal al agua hirviendo cuando cocinas pastas o patatas. Tan sólo limítate a echar una pizca cuando el plato esté servido así puedes medir el sabor en cada bocado. Agregar demasiada sal mientras cocinamos y todavía no podemos probar la comida puede llevar a excedernos sin darnos cuenta.

Mide

Para asegurarte que no estás exagerando con la cantidad de sal, utiliza una cucharita para medirla, sobre todo si estás haciendo una receta en la que se indique “una pizca de sal” o “sal a gusto”. Utiliza por ejemplo 1/8 de cucharita.

Distrae tu paladar

Reemplaza el sabor de la sal por otros sabores saludables como, por ejemplo, el jugo de limón, hierbas frescas picadas, ajo, vinagre... Prueba nuevos condimentos y verás que tu paladar se olvidará de la ausencia de sal.

Impulsa el sabor natural de las verduras

Las verduras suelen ser el blanco fácil donde aumentamos el consumo de sal para contrarrestar su sabor amargo. ¿Quieres otra opción? Asa o cocina las verduras a la parilla para potenciar su sabor dulce natural.