Una de las universidades más prestigiosas del mundo tiene una serie de recomendaciones para después de la cuarentena en la que el coronavirus no se propagaría a gran escala.
Cambridge propone medidas para levantar cuarentena y no tener tantos contagios de coronavirus

La manera más efectiva que tomaron varios países del mundo para evitar la propagación del virus fue la cuarentena.
Gracias a programas de distanciamiento social, trabajo remoto y jornadas de salud pública, poco a poco la infección del COVID-19 se controló alrededor del mundo.

Después de algunos meses de encierro, países como China, Nueva Zelanda y Vietnam levantaron la cuarentena para continuar con sus operaciones tras el contagio.
Pero en otras naciones del mundo la situación es más complicada, por lo que a estas alturas detener la propagación y el número de muertes es de vital importancia.

Ante este problema y la necesidad de una cuarentena no tan restrictiva, investigadores de la Universidad de Cambridge recopilaron alrededor de 300 ideas que podrían funcionar.
Los investigadores buscaron aquellas prácticas que resultaron en países europeos y asiáticos para disminuir el contagio y no sacrificar la libertad de las personas.

Según el reporte del sitio Cambridge Independent, entre las ideas u opciones para volver a la vida fuera de casa con bajo riesgo de contagio, se encuentran las siguientes:
Olvidar el contacto físico innecesario, como saludos de mano, besos o abrazos entre personas que no pertenezcan a los habitantes de casa.
Reforzar el trabajo remoto para todos aquellas empresas en las que sea posible.
En el caso de las escuelas, continuar con educación virtual y reducir el número de alumnos en grupos pequeños.
Limitar la distancia en la que las personas pueden alejarse de casa: en Italia y Francia impusieron un límite de 100-200 metros.
Cambiar la forma en que se trasladan para comprar: designar un grupo reducido de personas que compren lo que se necesita en su comunidad.

Escalonar los horarios laborales, para que no se concentren tantas personas en ciertas horas del día.
Aumentar la oferta de otros medios de transporte, como bicicletas, para reducir la demanda del transporte público.
Reducir el número de personas que se encuentren en espacios compartidos mediante sistemas de apartado y registros previos: con tiempos establecidos para hacer uso por persona.
No hablar cerca de otras personas o al estar en lugares públicos.
Reducir el ruido en los espacios compartidos, con lo que se evitará que las personas griten y expulsen gotas de saliva (principal medio de contagio).
Evitar los lugares que parezcan muy concurridos.
Implementar un cierre automático de los espacios en los que se alcance el cupo máximo de personas: tiendas, farmacias, supermercados.
Implementar rutas de dirección únicas en edificios y espacios públicos: puede ser difícil, pero con esto se evitaría el constante cruce entre los individuos.
Activar por medio de la voz los dispositivos tecnológicos: con esto se evitaría la constante manipulación de objetos de uso común.
Grifos automáticos: ya se usan en muchas partes, y ayudan a que no se toquen más elementos con las manos sucias que pueden ser un foco de infección.
Pulseras que vibren o suenen cuando las manos se acercan al rostro, para que dejemos de tocarnos la cara de una vez por todas.
Promover el uso de mascarillas al salir de casa y multar a quienes las usen incorrectamente.
Promover la cultura de constante limpieza personal, con lavado de manos regular de al menos 20 segundos.
Lavar la ropa al regresar a casa o dejarla en un lugar apartado para evitar contaminar el hogar.
Evitar trasladarse a destinos turísticos o lugares donde se tienen altos registros de contagios.
No viajar a casas de familiares fuera de las ciudades, ni viceversa.
Aislarse después de cualquier viaje largo.
¿Sabes de otras ideas se podrían implementar en la sociedad?
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