La masacre de Orlando o el triunfo LGBT en los recientes Juegos Olímpicos de Río, han vuelto a confirmar la necesidad de reivindicar un movimiento que, desde los años 70 y la cruzada de Harvey Milk, continúa tratando de desmontar prejuicios y normalizarse en la sociedad.
5 lecciones de vida que hemos aprendido de las personas LGBT

Y es que cuando se trata de estas 5 lecciones de vida que hemos aprendido de las personas LGBT, seguir luchando por el cambio se convierte en la más justa de las causas.
1. Ser paciente

Cuando una persona homosexual debe confesar al resto su condición sexual, las primeras impresiones no suelen ser como uno espera.
Padres que no hablan a sus hijos, amigos que se distancian o personas que, bien por su ideología o religión, no llegan a comprender del todo tus "gustos en la cama", son solo algunos ejemplos.
Solo hace falta tiempo y determinación para que el karma haga efecto y esas personas vuelvan para asumir que, realmente, ser homosexual no cambia para nada las cosas.
Aplicado a la historia reciente, el esfuerzo de muchas personas a lo largo de la evolución positiva del movimiento gay supone otra lección de paciencia, en este caso durante quizá demasiados años.
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2. No generalizar

A lo largo de la historia, cada minoría ha estado sujeta a unos determinados prejuicios: los árabes son terroristas, los judíos tacaños y los homosexuales personas alocadas y promiscuas.
En el caso de estos últimos, el tiempo ha demostrado que un hombre o mujer gay puede seguir siéndolo como tal, buscar una relación estable y no tener la famosa "pluma" que muchos detestan y que, por otra parte, no debería ser una condición a marginar.
Y es que el movimiento LGBT ha demostrado también la importancia de...
3. Ser uno mismo
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Sí. A diferencia de hombres y mujeres heterosexuales, las personas LGBT han debido primero estar orgullosas de su condición sexual para también poder estarlo de sí mismas en todas sus vertientes.
En ese aspecto, posiblemente las personas homosexuales tomen ventaja por encima del resto al tener que lidiar con unas etiquetas que, al ser rotas, permiten una mayor facilidad para ser ellas mismas en todos los aspectos: desde el color de pelo hasta un estilo de vida viajero, pasando por la decisión de no tener hijos. Claro que este último apartado también es motivo de enseñanza.
4. Nuevas familias
Ejemplos como Neil Patrick Harris y su pareja, David Burtka, o incluso el mismo Ricky Martin, han demostrado durante los últimos años que dos personas del mismo sexo pueden ser igual de buenos padres que un matrimonio heterosexual.
En un mundo en el que ciertos padres convencionales no siempre son la mejor influencia, está claro que la buena educación de los hijos no responde a una imagen de matrimonio heterosexual, sino a la de dos padres, madre o "maestros" que les transmitan buenos valores.
5. Otro estilo de vida es posible

Al quedar al margen de ciertos patrones o estilos de vida más convencionales hasta ahora, especialmente el colectivo LGBT ha demostrado nuevas alternativas a otras personas heterosexuales con unos planes más enfocados al patrón pareja - boda - hijos.
Los gays suelen centrarse más en su imagen (frivolidades aparte), tener mayor apertura a la hora de viajar solos, moverse de un lugar a otro, festejar y no ceñirse a lo que cada edad exige.
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Estas 5 lecciones de vida nos han ayudado a aceptar unas diferencias que, lejos de ser nocivas, han reinventado nuestra propia visión del mundo. Personas que apuestan por estilos de vida y pensamientos tan diferentes como compatibles con los modelos heterosexuales.








