Los días en que nos tomamos vacaciones son los más esperados del año, de eso no hay dudas. Son tan importantes que llegamos al punto de estar todo un año planificándolas y soñándolas sin parar. Y el problema no solo está cuando se acaban las dos semanas libres que te dieron en el trabajo, sino que también pasamos por mucho los días previos al tan ansiado descanso.
11 emociones que todos atravesamos cuando se acercan las vacaciones

Tanto si eres como los que se pasa el año entero planificando las próximas vacaciones, como si solamente quieres que lleguen para no hacer absolutamente nada, seguramente has tenido alguno de estos sentimientos cuando faltan pocos días para que lleguen tus vacaciones.
1. Cuentas los días cuando todavía faltan meses

La ansiedad es así, no se puede controlar. Colocas un calendario sobre el escritorio y todos los días tachas el día pasado. ¿Será que sentimos que el tiempo pasa más rápido así?
2. Armas las maletas con muuuucha anticipación

¡No puedes entender cómo hay personas que dejan todo para último momento! Como buen ansioso por las vacaciones, a falta de dos semanas ya armaste las maletas, y lo peor es que después te das cuenta de que necesitas lo que ya guardaste y debes desarmarla. Así que básicamente guardas tus cosas 3 veces o más.
3. Haces una lista con todo lo que quieres hacer

¿Desprevenido? ¡Eso jamás! Y como vienes dejando miles de cosas para hacer en tus vacaciones, te preparas un itinerario con las que serán tus actividades (y todos sabemos que no vas a hacer ni la mitad por falta de MÁS VACACIONES).
4. Sientes que los días, las horas y los minutos no pasan

Miras el reloj y son las 12. Sientes que pasó media hora, pero en verdad solo son las 12:01 cuando vuelves a mirar. ¡¿Es una broma?! ¿Justo cuando están por llegar las vacaciones el tiempo se atasca?
5. Todos tus pensamientos y tus conversaciones son acerca de las vacaciones

Con quien sea que te pongas a charlar, acabas hablando de tus vacaciones. Todo el que te conoce, y hasta el que no, sabe perfectamente cuándo es que te vas.
6. Te enfermas y entras en colapso

De tanto desear el descanso, acabas por enfermarte los días antes de irte y pruebas todos los remedios caseros que las abuelas recomiendan (y que jamás aceptaste hacer) para curarte lo más pronto posible antes de irte.
7. Quieres irte de viaje bronceado, pero se te va de las manos

Te vas de viaje a la playa y, claro, no quieres ir con ese cuerpo pálido que no ve sol hace un año atrás. Entonces, tomas lo que parece ser la mejor decisión de todas: ¡tomar sol unos días antes! Intensivamente. Y eso te lleva a agarrarte una insolación importante, quedas rojo como un tomate y con movimientos limitados. ¡Ouch! Creo que el plan salió mal.
8. Sientes que si no te vas YA no vas a llegar vivo

Ya estás cansado hace mucho, pero la última semana antes de la licencia sientes que te estás muriendo, te arrastras por la vida y crees que si tienes que trabajar un día más antes de irte, no vas a llegar a ese descanso con vida.
9. Temes olvidarte de algo aunque ya tienes todo listo hace semanas

Ok. Ya hace una semana tienes todo listo y tachado en la lista de cosas que tienes que llevar. Entonces, ¿por qué es imposible evitar esa sensación de que te estás olvidando de algo importante?
10. Justificas tu falta de ganas con la cercanía de tus vacaciones

Ya no quieres ni puedes hacer más esfuerzos. Todo te da pereza y es por el simple hecho de que tus vacaciones están a la vuelta de la esquina.
11. Piensas en las excusas para no volver

Aún no te has ido, pero ya estás pensando en todas las excusas más inteligentes y creíbles que puedes dar a la hora de que acaben tus vacaciones para no tener que volver a la rutina.
- Lee también: Vacaciones con amigas: expectativas vs realidad
¿Alguna vez pasaste por esto?









