"No fue pacto suicida": la hija de Carmela y Rafael recuerda las últimas horas de vida de su madre

La muerte de la cantante Carmela Rey, ocurrida en la Ciudad de México el pasado 13 de febrero, dio pie a muchas especulaciones, sobre todo cuando la revista TVNotas publicó que el fallecimiento de la famosa intérprete, de 86 años de edad, se debía a un pacto suicida con su marido y compañero de escenarios, Rafael Vázquez, con quien estuvo casada desde 1959.

Según el semanario, la pareja habría consumido veneno para morir simultáneamente, pero su hija Yuvia Vázquez Sánchez, en exclusiva para Univision Entretenimiento, desmiente y aclara las circunstancias de esta triste situación: "Al principio cuando lo leí (en la revista), me reí porque dije: 'Qué locura'. Mis papás eran unas personas profundamente religiosas y espirituales, y mi mamá siempre habló en contra de ese tipo de cosas; para ella eso era condenarse, sería una locura. Obviamente no, no sé de dónde sacaron semejante mentira, porque no es cierto y lo digo ahora. No hubo tal pacto suicida. Es impensable".

Carmela y Rafael disfrutaron de un gran éxito por cuatro décadas: desde 1960 hasta el 2000 grabaron discos, tenían un show permanente en un hotel de la capital mexicana y numerosas presentaciones. Señala Yuvia: "Son un ícono en la música mexicana y la llevaron a través del mundo. Agustín Lara era compadre de mis papás. Yo creo que ellos gustaban tanto porque fueron la única pareja que realmente ha hecho de los duetos algo espectacular. En la revista esa dice que se retiraron en los años 80 y no es cierto. Ellos siguieron hasta el 2000, más o menos".

Luego de una pausa en la cual se le quiebra la voz, y con mucho sentimiento, la heredera de esta talentosísima dupla respira hondo y continúa: "Mis papás eran incansables y les encantaba cantar, se retiraron porque, como dijo mi mamá, más vale retirarse dignamente, quedar ante los ojos del público maravilloso que los ha seguido y hay que saber irse a tiempo. Mi mamá siempre fue muy espiritual, y como que se retiraron con recogimiento a orar y a estar tranquilos".

Y es que la cantante veracruzana y su marido vivieron un tórrido romance por casi sesenta años: "Era impresionante. Yo te confieso, me burlaba de ellos. De hecho, hace como un mes yo iba con ellos en el carro y ellos iban en la parte de atrás y él le decía a mi mamá: ' Ella es mi novia, mi novia es tan hermosa', y beso y beso y yo les decía: 'Ya, párenle que se les van a subir las hormigas'".

"Todavía hablé con ellos el 12 de febrero", recuerda, entristecida: "Esa fue la tarde de un día antes de la muerte de mi mamá. Hablé con ellos, estuve con ellos y todo normal, todavía me dijeron que si me quedaba a comer y les dije no, porque iba a ir a la ANDA por medicamentos y todo esto, mi mamá me dio sus credenciales y me dijo: 'Nos hablamos mañana', y así como siempre, yo me encargaba de todo lo de ellos. Más tarde volví a hablar con mi mamá y me pidió que ya no la llamara porque estaban bien cansados, habían tenido insomnio y no sé qué, y me dijo: 'Bueno, si hablas me paro y te contesto', y pues yo me dije ya no los voy a molestar, están cansados".

Yuvia relató cómo al día siguiente ella y su hermana intentaron infructuosamente comunicarse con sus padres por la mañana, lo que la obligó a acudir al domicilio de los cantantes, al que tuvieron que acceder de manera intempestiva, por una ventana, porque la puerta había quedado cerrada por dentro con las llaves puestas, por lo que ni un cerrajero que contrataron logró abrirla.

"No teníamos llaves, pues eran absolutamente autosuficientes y no quisieron venirse a vivir conmigo, quisimos que se mudaran cerca de mi hermana y no quisieron. Nos decían: 'No, no, no; nos gusta estar a nosotros solos y juntos en nuestra rutina', y siempre fueron igual, vivieron el uno para el otro y eso era lo único que importaba", recuerda Yuvia y continúa: "Mi hijo fue el primero que entró. Salió y me dijo: 'Ay, mamá, entra porque mis abuelitos están en la cama y está todo oscuro'. Pensé lo peor y entré muy espantada. Mi papá estaba en shock, se ve que mi mamá se quedó dormida rezando el rosario porque tenía las cuentas en las manos, se veía dormidita y mi papá junto a ella. Se ve que se quedaron dormidos y mi papá despertó y le hablaba: 'Carmela, Carmela', y entró en shock".

Rafael fue llevado al hospital de inmediato, y ahí estuvo en terapia intensiva porque se le elevaron todos los niveles en el organismo. Relata Yuvia que, en shock, preguntaba: "¿A qué hora llega Carmela?", no quería reconocer que su compañera de vida ya había dejado de existir durante la noche, mientras él dormía a su lado. Fue poco a poco, cuando lo estabilizaron, que le dieron el alta y Yuvia lo llevó a su domicilio.

"Está en mi casa, conmigo, ya lo entendió, lo asimiló y está todavía en shock. A ratos lo acepta y a veces no, ha sido una situación muy difícil, porque él tiene 89 años. No tenemos miedo a que le dé depresión, es natural. Lo único que sí me dijo es que el día que él se vaya nos quedemos tranquilos de que siempre estarán con nosotros. La verdad es que mi papá dice que ya no quiere estar aquí porque quiere irse con mi mamá, pero él sería incapaz de hacer una cosa así (quitarse la vida), aunque se va debilitando porque no le hecha ganas. Obvio, por mucho que seamos sus hijos, no somos mi mamá, pues la historia de ellos es incomparable".

Con un suspiro, concluye: "Se le fue su razón de su existir. Es muy difícil que mi papá le quiera echar ganas para estar, aunque está comiendo muy bien y lo estamos inyectando y levantándolo todo los días. Brisa y yo somos las que estamos más cerca y siempre hemos estado completamente unidas con el ejemplo que ellos nos dieron y así seguiremos, mientras mi papá viva y aún después, porque el suyo fue un ejemplo de amor".

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