¿Por qué NO hay tantos superhéroes en los mangas como en los cómics occidentales?

El género de los superhéroes es uno de los más icónicos y emblemáticos en cuanto se habla del noveno arte (el cómic, la historieta, etc.), pero si se ha prestado suficiente atención, no es un estilo que se emplee en otros lugares con el mismo éxito que en los Estados Unidos. Japón, por ejemplo tiene una de las mayores culturas ligadas a la producción y lectura de cómics en todo el mundo —donde es conocido con el célebre nombre manga (漫画)—; sin embargo no suelen verse demasiados superhéroes entre las páginas de un manga. ¿Por qué ocurre esto? 

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Diferencia de formato y producción

En Japón, todo manga (sin importar su duración o género) usualmente se comercializa en formato de capítulos de unas 20 a 30 páginas presentados en semanarios, unos libros del tamaño de una guía telefónica impresos en papeles reciclados de no demasiada calidad y precio muy accesible, ya que están pensados para leerse y desecharse (como un diario); estos semanarios incluyen varios mangas de autores diversos. Cuando un título ha alcanzado la cantidad y atención suficiente (se hacen encuestas sobre la popularidad de cada obra), la misma editorial se encarga de producir los llamados tankôbon, unos tomos recopilatorios de 200 a 250 páginas y de un tamaño pequeño, entre 11,30 x 17 cm. Este sistema permite a varios autores nuevos dar a conocer sus obras aunque sean poco renombrados y esto atrae a más lectores. Hay diferentes editoriales que se encargan de diversos géneros, como ser el shounen o el shoujo, pero todas trabajan con la misma mecánica.

Todo esto significa que las aventuras son episódicas (al igual que los cómics norteamericanos) pero no necesariamente autoconclusivas, no hay un villano o “monstruo de la semana” al cual enfrentar, ya que la trama se extiende siguiendo un criterio propio, el cual depende enteramente del autor (y en algunos casos el editor). Por eso, todo manga tiene un universo propio y sus historias apuntan a contar otras cosas que no están ligadas a un universo más amplio, como es el caso de DC o Marvel; cada manga (y cada autor) tiene sus propias reglas, limitaciones, estilos visuales y argumentales.

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Diferencia cultural

En nuestra cultura (la occidental), la cual se fundó sobre otras nociones ideológicas, se suele festejar al personaje rebelde. Se considera que aquel que se atreve a ir en contra de la corriente es alguien valiente, un revolucionario (algo comprensible ya que el continente americano ganó su independencia al revelarse en contra de Europa); en las escuelas se enseña que la revolución fue algo positivo, por eso forma parte de nuestra propia idiosincrasia y mentalidad, es parte de nosotros.

En cambio en Japón la cosa va por otro lado, solo hay que ojear cualquier manga que este ambientado en una escuela secundaria; siempre los alumnos más “populares” son aquellos que se destacan en los estudios, los deportes y tienen buenas habilidades sociales (el protocolo, la ceremonia y el buen comportamiento son parte de la cultura japonesa). Eso los convierte en personas bien amoldadas a la sociedad y por ende (desde su punto de vista) son "mejores", ya que el ideal japonés se sustenta en la búsqueda de fortalecer a su propia sociedad, al convertir cualquier tarea que se desempeñe en un arte preciso y perfecto: Si se es carpintero, se busca ser el mejor carpintero; si se realizan ikebana (arreglos florales), deben ser los mejores arreglos; si se cocina ramen (un tipo de sopa), se apunta a ser el mayor especialista de ramen; y así con TODO. 

Por ello la cultura japonesa es sumamente competitiva y cada individuo busca superarse en el terreno que le es más idóneo, ya sea en el estudio o el aspecto laboral.

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Por ejemplo: En el manga Dragon Ball de Akira Toriyama, se muestra que Goku (un personaje comúnmente asociado a la imagen de un superhéroe) es una persona que no solo adora pelear, sino que ha entregado su vida al entrenamiento de artes marciales, no buscando la conquista, la fama o el dinero, sino la constante superación propia y dejando bastante en claro que "lo cerebral" no es lo suyo (lo cual tampoco está mal). Muchos lo han considerado un mensaje negativo para los niños (por promover la violencia y todo eso), pero lo que se trata de trasmitir es un mensaje de autosuperación, para nunca perder la curiosidad o dejar de crecer y mejorar (sea en el campo que sea) y en Japón eso no solo es aceptado, sino incluso celebrado. Por eso es que no resulta necesario crear una situación irreal para transmitir el mensaje de la autosuperación, ya que se puede hacer naturalmente con prácticamente cualquier aspecto de la vida real, lo que permite dar pie a miles de historias y por ende a miles de posibles mangas sin la necesidad del elemento súperheroico.

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Los “Superhéroes japoneses”

Como casi cualquier país, Japón se ha abierto a la cultura extranjera y sus habitantes consumen desde hace varias décadas muchos de sus productos, que van desde películas, música, ropa, comidas y por supuesto los cómics. Tratando de emular ese éxito, varios mangakas crearon sus propias versiones de superhéroes disfrazados o realizaron adaptaciones propias –como fue el caso de los mangas de Batman o Spider-Man–.

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Pero debido a que el formato inicial estaba inspirado en los primeros cómics de superhéroes norteamericanos (los cuales eran notoriamente más infantiles), los “superhéroes japoneses” pasaron a tener un carácter menos “serio”, lo que se explotó mucho en las obras de género cinematográfico y televisivo tokusatsu, como es el caso de Ultraman (1966), o los Super Sentai (súper equipos) como los Power Rangers (que son originalmente japoneses). 

Recordando el factor de la diferencia cultural, Japón experimentó la revolución industrial varios años después que Europa (propiamente, a partir de 1870), y dicha transición no fue tan agresiva como lo fue en Occidente; por lo que, a diferencia de la postura occidental de ver a “la Máquina” como el enemigo –traducido en la ficción con personajes como Ultron (Marvel), Brainiac (DC), los Daleks (Dr. Who) o los Terminators (en su propia franquicia)– para los japoneses pasó a ser una herramienta útil y un aliado. Por eso no es de extrañar que los personajes del genero tokutatsu tengan vehículos asombrosos o enormes robots para combatir a sus enemigos y, a pesar de su notoria violencia, siguen considerándose programas típicamente infantiles, como fue el caso de Supaidâman (1978), una adaptación libre del personaje de Marvel.

Otro de los típicos superhéroes arquetípicos de Japón es el “vigilante enmascarado”, como es el caso de Gekko Kamen (más conocido en Latinoamérica como Capitán Centella), que no pasaba de ser una variable japonesa al personaje del Zorro, creado por Johnston McCulley e inmortalizado por la serie de televisión de 1957 de Walt Disney.

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Los superhéroes en los mangas

Por supuesto, a pesar de que los mangas de superhéroes no sean la cosa más común, tampoco es algo imposible encontrar buenos ejemplos de ellos. Sin ir más lejos, solo basta ver mangas como Zetman (2002), de Masakazu Katsura; One Punch-Man (2009), del autor ONE y el ilustrador Yusuke Murata; o Boku No Hero Academia (2014), de Kôhei Horikoshi, para ver que sus tramas se centran precisamente en superhéroes, pero también se notará que los argumentos de dichos mangas e incluso la figura del “superhéroe” son tomados desde otro enfoque, más ligado a la mentalidad de los japoneses:

Zetman, por ejemplo, es un ser súper poderoso creado por una enorme corporación con fines poco claros (aunque se da por sentado que carecen de moral y ética), y el personaje del “héroe”,  Alphas (el otro protagonista), tiene una versión tanto ficticia como real dentro del propio manga, con claras características de un tokusatsu, pero con una vuelta de tuerca mucho más “realista”, siniestra y retorcida al basar sus poderes en armas y armaduras de tecnología experimental.

En el universo de One Punch-Man los héroes son empleados de una asociación que depende del gobierno y cada uno posee un rango, posición y nombre dependiendo de su poder y popularidad con el público civil, adquiriendo un rasgo casi paródico, ya que la mayoría de los héroes no ocultan sus identidades y sus “poderes” varían entre una simple destreza marcial (muchas veces sobrehumana), el uso de armas o prótesis, hasta poderes psíquicos; estos héroes no son necesariamente “buenas personas”, llegando muchas veces a comportarse de manera poco ética con tal de escalar posiciones, mejorar su imagen y lograr fama.

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Y en el caso de Boku No Hero Academia, es un manga ambientado en un universo donde los súper poderes son algo muy común, por lo que el protagonista, un niño sin ningún poder, pasa a ser un paria social pero que logra entrar a una academia de entrenamiento para los futuros héroes del mundo, volviéndose (básicamente) en un shounen bastante típico, pero con un trasfondo muy original.

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