Radicales y con marihuana: estas monjas curadoras quieren ayudarte a soportarlo todo con su medicina

Ok, no son verdaderas monjas - o sí, lo son, ¿quiénes somos nosotros para cuestionar la devoción de estas mujeres? Y de algo tienen que vivir. The Sisters of the Valley son un grupo de auto-denominadas monjas que cultivan y venden marihuana... y además están pasando por un mal momento.

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Han tenido dificultades para mantener su sitio web, algunas dificultades con la ley cambiante de California (en un pequeño pueblo, no en Los Ángeles), donde viven y tienen ya un grupo "fans" (¿o son devotos?), y su historia es realmente interesante. Son dos mujeres, Sister Kate y Sister Darcy y quizás ya hayan encontrado a la tercera miembro de la orden...

Sister Kate empezó a cultivar marihuana para sobrevivir y para ayudar a su sobrino a recuperarse de una adicción a la heroína. No quería vender sus productos en el mercado negro, quería hacer de esto un negocio que "ayudara a la gente". Y después de algunas experiencias con Occupy Wall Street -aquel movimiento de reinvindicación y fuertes cuestionamientos a los depredadores financieros y los bancos estadounidenses- se empezó a vestir de monja.

La gente le contaba sus problemas y su intención -dice ella- no era engañar a nadie. Buscó una socia y ahí apareció Sister Darcy, de 25 años, que se mudó enseguida desde Washington al pueblo de Merced, en California. Darcy no conocía a Kate, simplemente, después de conversar un poco por teléfono, sintió el llamado...

Produciendo, ¡alabado!

En definitiva, estas son monjas radicales. Y quizás no esté mal pensar que este marketing cuestionador funcione. La marihuana tiene una larga tradición de ser considerada una sustancia psicoactiva con propiedades medicinales. Y ellas sobreviven vendiendo sus salvias, aceites y esencias a base de cannabis.

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Super Monjas

La medicina la hacen siguiendo los ciclos de la luna. ¡Salve oh Madre Tierra! -sí, son más paganas que otra cosa ;-)

Wow... interesante y ojalá que la fama no se les suba a la cabeza. 

¡Reverencia!