Mujeres emprendedoras: Catalina Escobar

Catalina Escobar Restrepo, empresaria colombiana, es la creadora y presidente de la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar, entidad que trabaja para erradicar la mortalidad infantil y brindar apoyo a madres adolescentes en Cartagena de Indias.

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Su compromiso con Colombia ha hecho de Catalina una de las líderes más importantes del país. Por ello, esta mujer emprendedora fue nominada al premio “Héroes CNN 2012”, reconocimiento que exalta la labor social, el conocimiento, entrega y dedicación para mejorar la calidad de vida de cientos de personas.

¿Cómo haces oír tu voz?

Con los resultados. Las cifras que hemos logrado con la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar hablan por sí solas, en los seis primeros años bajamos la mortalidad infantil de Cartagena en un 80%.

Hemos atendido a más de 190.000 pacientes gratuitamente en el Centro Médico Juan Felipe IPS, trabajado con más de 2.500 niñas madres adolescentes y se ha salvado la vida de más de 3.000 bebés. Estos datos son los que demuestran no solo en Colombia sino en el mundo lo exitoso que es el modelo Juanfe.

¿Cuál es tu frase inspiradora?

“No concibo un país con un desarrollo económico sostenible, si estamos dejando a un lado a la mitad de la población conformada por mujeres niñas.”

¿Qué detalles te hacen una mujer única?

La pasión y entrega en lo que hago. Creo que si se va a pensar, hay que pensar en grande. Lo mismo la ejecución, debe ser impecable y del más alto nivel. Lo mejor, para los pobres.

¿Cuáles atributos debería tener una mujer emprendedora?

Una mujer emprendedora debe tener estructura, liderazgo, humildad. Debe ser comprometida, constante, innovadora pero sobre todo tener pasión por lo que hace, esa es la clave para que cualquier proyecto que uno emprenda sea exitoso.

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¿Qué te motivó a crear tu propio emprendimiento?

Para el año 2001 yo estaba viviendo en Cartagena con mi familia y era testigo de las condiciones de pobreza en que vivía la mayor parte de la ciudad. Yo siempre he tenido una vocación filantrópica heredada de mis padres y por eso trabajaba como voluntaria en la Clínica de Maternidad Rafael Calvo. Trabajando en este hospital público tuve que ver como un niño moría prácticamente en mis brazos. Cuando pregunté las causas de su muerte la respuesta que recibí fue que el niño había fallecido porque su madre no había conseguido las medicinas que necesitaba. Estas medicinas costaban en esa época 30.000 pesos.

Unos días después, fui yo, quien tuvo que padecer en carne propia, el mismo dolor profundo que esa mujer había experimentado ante la impotencia de no poder salvar a su hijo. En mi caso no fue por falta de recursos sino por un desafortunado accidente.

Así fue como decidí, junto con mi familia, que no íbamos a permitir que más niños siguieran muriendo en Cartagena por falta de recursos, que no había ninguna justificación para que una familia tuviera que padecer este mismo dolor por no tener como pagar unas medicinas y un tratamiento médico. Decidimos que en memoria de Juan Felipe salvaríamos muchas vidas.

¿Qué obstáculos tuviste que sortear para llevarlo adelante?

En los primeros 7 años de operación la situación era crítica, nadie daba un peso por mí, es que yo tampoco creería en una loca a la que se le acaba de morir un hijo. Le pregunte entonces a mi papá qué amigos suyos, presidentes de compañías, le debían favores, y así empezó. Decidí que ninguna mujer podía perder a su hijo, como me pasó a mí, por no tener dinero, cualquiera fuera la suma. Ese fue un obstáculo difícil, sin embargo ya me creen, hace 10 años no me creían!

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¿Crees que te fue más difícil por ser mujer?

Creo que cuando hablamos de emprendimientos no importa el género, el éxito depende de la calidad del trabajo que se haga y los resultados que se logren.

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