5 momentos de ira en los que querría ser una estrella de rock para romper una guitarra

Inhala y exhala. Respira. Lleva tu mente a un lugar feliz. El océano, las olas… El viento te da en la cara y el sol empieza a calentar tu piel. Es hermoso, es perfecto, es… UNA TONTERÍA.

Hay momentos en los que ni toda la meditación del mundo puede evitar la ira que empieza a adueñarse de tu cuerpo. Que me perdone el Dalai Lama, Deepak Chopra y todos los «amos» de la técnica milenaria, pero ¡cómo nos gustaría meternos en la piel de grandes estrellas de rock para tomar una guitarra y destrozarla contra el piso! ¡Eso sí es liberación!

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¡En el cine!

Para los amantes del séptimo arte, ir al cine es una experiencia religiosa. Sin embargo, hay gente que peca de inculta: usan la sala como una plaza para hablar, se levantan a cada rato para ir al baño y comprar cosas, no ponen sus móviles en silencio y hacen comentarios «graciosos» a cada rato. Ojalá contáramos con una guitarra para golpearla contra el piso en plena sala para que aprendan.

Cuando el internet falla

Estás viendo tu serie favorita o la película que tanto esperabas está en su mejor momento. O peor: necesitas enviar un correo sumamente urgente y… ¡falla el internet! ¿Quién me pasa un guitarra para destrozarla contra el ordenador?

Cuando pierdes un examen

Estudiaste, estudiaste, estudiaste y estudiaste y… ¡te quedas dormido! Peor, estudiaste mucho y estabas tan ansioso que no te fijaste en que la parte trasera de la hoja tenía una pregunta extra. ¡¡¡Que el espíritu del rock and roll se apodere de mí!!!

Cuando te topas con niños maleducados

Estás en un restaurante, pasándola genial con tu familia, novio o amigos. Todo va de perlas hasta que… el niño grita. Pasa en todos lados y, por Ley de Murphy, el infante en particular parece apuntar sus alaridos a tu tímpano. Corren, gritan, lloran. ¡Son incontrolables! Y lo peor: si miras despectivamente a los padres de la criatura, se molestan… ¡Guitarra, por favor!

Cuando se te quema la comida

Ok, esta vez sí va a salir bien. El arroz va a quedar perfecto, la carne en su punto y la ensalada… Mi mamá se sentirá orgullosa.

Hay una Ley de Murphy en la cocina: si miras a cada rato, tardará años en hacerse. Si te distraes unos segundos, se quemará todo. Y, claro, se quema todo. ¡La última taza de arroz que te quedaba! ¡GUITARRAAAAAA!

Y tú, ¿en qué momentos quisieras ser rockero y tirar una guitarra contra el piso?

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