A las personas nos gusta coleccionar cosas: sellos, esculturas egipcias, cinturones y, también, animales. Los hay quienes albergan a docenas de perros en casa, los que han convertido su pajarera en un santuario de aves y, también, la que almacena gatos como una solución desesperada a la soledad o como respuesta a su amor gatuno, alias te estás convirtiendo en ese cierto personaje de Los Simpsons que todos conocemos.
10 señales de que te estás convirtiendo en una "señora de los gatos" (o señor, no discriminamos)

Para quedarte más tranquilo, comprueba estas 10 señales de que te estás convirtiendo en una señora de los gatos (o señor, no discriminamos).
1. El hijo con siete vidas
Cuando comienzas a llamar a tus gatos "tus hijos" y te refieres a ellos como tal cuando hablas con amigos o familiares se intuye claramente que el vínculo dueño-mascota traspasa fronteras. Peligroso... y adorable.
2. Cat Fashion
Combinados es más lindo
Tengo que tenerla
La mayoría de tus camisetas y bolsos incluyen estampados de felinos y estás constantemente a la zaga de nuevos productos en Internet tanto para ti como para regalar a unos amigos que en secreto piensan "¡BASTA!".
3. Una cuestión de prioridades
Todos para mi, ¿verdad?
Tu paga extra de Navidad la inviertes en comprar comida especial para tus gatos en lugar de comprar bombones, cava o caviar para ti. Eso es amor.
4. Monotemático
El 99% de tus conversaciones son acerca de gatos o tratas de enfocarlas siempre hacia el terreno gatuno. No sabemos cómo, pero lo hacen.
"Mi bebé estuvo toda la madrugada llorando, ni con el biberón pude calmarlo". Sí, el mío igual:
5. ¡Escándalo!
Enseñar un vídeo como este, convertido en viral hace unos meses, a una amante de los gatos puede ser sinónimo de escándalo, bronca y un extenso discurso acerca de los daños psicológicos que estas tonterías infringen a esos pobres animales.
Esta es también una respuesta posible
6. Buena comunicación
https://vine.co/v/MhmmUbixaOF
Entablas conversaciones con tu gato como si se tratara de tu mejor amigo y sabes que él te responde con unos maullidos que interpretas a la perfección. El lenguaje gatuno fue hecho para ti y, seguramente, es así porque tuviste siete reencarnaciones y en una de ellas fuiste un gato egipcio
7. Muy generoso
https://vine.co/v/h5P1u3gWYiF
Tiendes a quedarte con todos los gatitos que ves por la calle o, al menos, llamar encarecidamente a las veinte protectoras de animales registradas en tu movil porque en la tuya propia ya no caben más. En conversaciones con amigos, alguien te dice a modo de anécdota que vio un gato precioso por la calle la noche anterior, a lo que tú responderás con un ¿Por qué no me llamaste? ¿¡POR QUÉ!?
8. Una habitación propia
Tus gatos poseen su propia habitación para su libre albedrío. Además, las terrazas tienen mamparas protectoras, las cestas salpican gran parte de tu apartamento, una parte del salón es zona recreativa para felinos con juguetes varios, tienes quitapelos almacenados en cantidades industriales en el armario y has hecho decopuage en todas las cajas viejas que tenías por si eran útiles para tus gatos.
https://www.instagram.com/p/tmYc1wzAEv
9. Rumbo a Japón
Has comenzado a ahorrar dinero para viajar a Japón. ¿Por Tokyo? ¿Por subir al Fuji? ¡NO! Simplemente por los cat cafés, esos lugares en los que puede tomar un té entre gatos y, si puedes, incluso meterte a uno en el bolso.
Solo por añadir un ejemplar exótico a tu colección, además de las consecuentes maletas llenas de souvenirs inspirados en Hello Kitty, esa heroína secreta a la que rindes tributo en privado.
¿Aún no conocías los cafés de gatos de Japón?
10. ¿Perros?
https://vine.co/v/etmwLuOTLEP
Cuando un perro pasa por tu lado sientes la necesidad de apartarte, apenas sabes cómo tratarlos, te irritan y el bello se te eriza en cuanto uno te ladra. Comienza la metamorfosis alias síndrome Catwoman.
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Estas 10 señales de que te estás convirtiendo en una "señora de los gatos" pueden no ser reconocibles en un principio, pero si prestamos atención a los detalles, conversaciones y hábitos que inundan nuestra rutina posiblemente comprobemos esa inquietante realidad e, incluso, pronosticar tu futuro: lanzarás gatos a los repartidores del delivery, no sabrás lo que son los peines y tu dieta sólo se compondrá de leche y latas Whiskas.
¿Crees que tú también te convertirás en una señora de los gatos?







