Los lazos de la creación no se cuestionan en True Blood [Crítica]

Imagen HBO LA Press

Tercer episodio de True Blood y las cosas siguen marchando a la perfección. Bill y Eric podrán llevar a cabo su plan contra Russell, pero primero deben someterse a los encantos de la autoridad vampírica que les quiere sacar cierta información. Por otro lado, Tara se debate entre ser o no ser una neófita salvaje, y a Pam le pesa el recuerdo de su pasado.

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Tara ( Rutina Wesley) recibió una bala y Sookie ( Anna Paquin) se lo retribuye mediante la vida eterna. Tal como hemos comprobado en los últimos episodios, Tara no le está nada agradecida a Sookie, Lafayette ( Nelsan Ellis), o inclusive a su creadora Pam ( Kristin Bauer van Straten) por su nueva vida.

La responsabilidad del creador

Antes de cometer un desastre Tara busca refugio en lo de Sam ( Sam Trammell), donde se atiborra de True Blood y termina escondida en el refrigerador del bar. Esta crisis de identidad/existencial de Tara la lleva a considerar el suicidio como una de las opciones más viables. A medida que la escena se precipita vemos que Pam reacciona frente a la circunstancia de su recién creada vampiro.

Hablando de creadores, Pam vuelve a recordar aquellos días en que conoció a Eric ( Alexander Skarsgard), cuando ella era la encargada de un burdel. Allí nos enteramos que Pam le ruega a Eric que la convierta, y para hacerlo un poco más convincente, se corta las venas dejando a Eric sin muchas alternativas. A diferencia de Tara, Pam sí tuvo alternativa a la hora de convertirse.

Esperemos que estos recuerdos obliguen a Pam a tomarse su rol de creadora un poco más en serio, tal como una vez le dijo Eric, ser creador es algo sagrado y ese vínculo es inquebrantable.
Todo parece estar volviendo a su lugar en Bon Temps, ahora que Merlotte’s se vuelve a convertir en el principal escenario donde se desarrolla toda la acción.

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Al igual que es notoria la dinámica que adquiere el show cuando Sookie no es el centro de toda la historia, especialmente ahora que su situación va de mal en peor con Tara, y su secreto con respecto a la misteriosa desaparición de Debbie.

Cada vez son más los personajes que van agregando a Sookie en su lista negra. Primero Bill y Eric, ahora Alcide y Tara… y bueno, Pam nunca estuvo de ánimo para tolerarla. Pero Sookie encuentra su forma de redimirse cuando utiliza sus poderes de hada para enfrentar a Pam en Fangtasia.

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Jason Stackhouse ( Ryan Kwanten) se encuentra con una ex maestra que al parecer lo instruyó en el “arte del amor” cuando era más joven. Tras otro encuentro cercano, Jason finalmente se da cuenta que esa relación marcó el comienzo de una vida llena de sexo que en cierta forma ahora lo repele. Jessica ( Deborah Ann Woll) trata de seducirlo una vez más, pero éste protesta y aquí se dan las bases para el comienzo de una nueva amistad, lo cual sería un buen camino para la historia de estos dos.

Algunos buenos momentos incluyen a Andy y su foto esparcida por Facebook, Jessica tuvo su primer encuentro cercano con un “hado” (que me imagino que será Claude, el hermano de Claudine, el hada de Sookie que tuvo mal final en manos de Eric).

Lafayette continúa con sus avistamientos demoníacos, y Sookie va a enfrentar algunas consecuencias ahora que el misterio sobre la muerte de Debbie está saliendo a la luz. En especial ahora que Alcide está enterado de lo que sucedió y los padres de la difunta están a la búsqueda de qué sucedió con su hija.

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Jugando a dos puntas

Al igual que con el resto de los personajes, los vampiros también están encontrando su lugar. Bill ( Stephen Moyer) y Eric continúan cautivos en manos de Roman ( Christopher Meloni), la máxima autoridad vampírica. Aunque ahora también bajo los encantos de Salome ( Valentina Cervi), quien sedujo a ambos vampiros.

Por un momento pensé que se iba a transformar en una especie de Sookie, creando un triángulo de celos entre estos tres personajes. Pero tras descubrir que ambos fueron “víctimas” de la autoridad, tanto Bill y Eric reforzaron su vínculo y se recuerdan a sí mismos que están en esto juntos y que tienen un objetivo por delante.

Desde luego que los atributos de Salome no fueron utilizados en vano, ya que luego fue a reportar a su líder que Bill y Eric no son sanguinistas. Lamentablemente no se puede decir lo mismo de Nora ( Lucy Griffiths), que confesó que adhiere a dicha corriente y ahora no le queda mucho más por hacer que enfrentar la Muerte Verdadera.

Imagen HBO LA Press

Otro momento que valió la pena esta semana, fue ver al personaje de Tina Majorino vistiendo a Bill y Eric con unos dispositivos que se activan como estacas directo a sus corazones. En caso que intenten cualquier movida desleal contra la Autoridad, serán aniquilados. Además, Steve Newlin ( Michael McMillian) es el “ nuevo Nan Flanagan”, lo cual resulta divertido al mismo tiempo que poco sorpresivo ya que es el perfecto “muñeco” del que se servirá la Autoridad.

Un buen capítulo de True Blood, a pesar de la cantidad de historias que se van superponiendo, las cosas parecen tomar un curso natural al tiempo que resultan entretenidas. Esperemos que esta quinta temporada siga este curso y así perfilarse como una de las mejores.