La terrible razón por la que piden el boicot de 'Mulán' (y no, no tiene que ver con Mushu)

Después del estreno del live-action de Mulán, muchos fans de la original animada están bastante decepcionados. Sin embargo, más allá de la inconformidad por la ausencia de Mushu o por la falta de las legendarias canciones, existe un punto mucho más profundo y problemático que ha hecho que esta nueva producción de Disney sea duramente criticada y reprobada por muchos.

Como la mayoría de las películas, Mulán se aventuró a locaciones reales para su filmación. Los extraordinarios panoramas exteriores que vemos en pantalla son escenarios naturales que puedes encontrar en China.

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A pesar del amplio territorio del país asiático, el equipo de producción se decidió por sitios que son conocidos por los crueles crímenes contra la humanidad que desafortunadamente siguen aconteciendo hasta el día de hoy.

En los créditos, Disney ofrece un agradecimiento especial a un par de instituciones chinas que apoyaron a la producción del filme.

Entre ellas resaltan cuatro departamentos de propaganda del Partido Comunista de China de Turfán (Turpan) en Sinkiang (Xīnjiāng), una región que desde hace años ha sido señalada como uno de los sitios en donde se viven los peores abusos contra los derechos humanos en la actualidad.

Desde hace un par de años, más de un millón de musulmanes de la etnia uigur han sido detenidos y encarcelados en "centros de formación profesional" presentes en Sinkiang.

Las autoridades persiguen y mantienen a los uigures en estas instalaciones bajo el pretexto de que deben sobrellevar una transformación del pensamiento.

Las desapariciones a gran escala que allí se producen y las campañas de esterilización forzada para evitar más nacimientos de uigures ha provocado que estos centros se vean más como campos de concentración.

De acuerdo con el columnista Isaac Stone Fish de The Washington Post, varias de las acciones que se están llevando a cabo en Sinkiang entran dentro de la definición legalmente reconocida de genocidio, lo cual agrava aún más el "inocente" agradecimiento de Disney.

«Disney, en otras palabras, trabajó con regiones donde se está produciendo el genocidio y agradeció a los departamentos gubernamentales que están ayudando a llevarlo a cabo.»

Desafortunadamente, la situación en Sinkiang no era un asunto secreto durante la producción de Mulán, puesto que desde hace años activistas de derechos humanos y juristas han señalado la represión que se vive en esta zona como uno de los peores abusos en contra de los derechos humanos de la época actual.

Aun así, el equipo de diseño de producción de la película pasó meses en esta región. Incluso en septiembre de 2017, Niki Caro, la directora, publicó en su Instagram una foto de un paisaje desértico con la ubicación «Asia / Urumqi», es decir, la capital de Sinkiang.

El hecho ha sido fuertemente criticado en redes sociales bajo el hashtag #BoycottMulan, así como por varios periodistas de importantes medios de comunicación como The Washington Post y The New York Times.

Mulán agradece específicamente al departamento de publicidad CPC de la región autónoma uigur de Sinkiang. Ya sabes, el lugar donde está ocurriendo el genocidio cultural. Filmaron extensamente en Sinkiang, que llaman como "Noroeste de China".

Hasta el momento, Disney no ha compartido ningún comunicado sobre la relación que tuvo la producción de Mulán con la autoridades de Tupan en Sinkiang.

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