La torta Charlotte, Charlota o Carlota (depende cómo prefieran llamarle), es un exquisito postre que tuvo origen en un "entremets" inglés. Fue inventada a finales del siglo XVIII y dedicado a la reina Carlota de Inglaterra (casada con Jorge III), en cuyo honor lleva su nombre.
Torta Charlotte de café. ¡Hay Charlotte!

Jorge III reinó en Gran Bretaña desde 1760 a 1820. El 8 de septiembre de 1861, como quien establece un negocio para ahorrase molestias, se casó con la princesas protestante alemana Carlota Sofía de Mecklemburgo-Strelitz.
Los entremets ingleses no tienen nada que ver con los entremeses al estilo español, en los que se suele tomar un aperitivo o copetín. Entremets es una palabra en francés, literalmente quiere decir "entreplatos", o sea que es aquello que se come entre un plato y otro. Durante el Antiguo Régimen, los entremets solían ser platos de legumbres que se servían después del asado y antes del postre. Actualmente, las cosas han cambiado, y suelen ser solamente postres fríos o calientes que se sirven después de los quesos.
La Charlotte es una torta que consiste en revestir un molde con bizcochos o galletas (del tipo de las llamadas “lengüitas de gato” o plantillas) para luego rellenarlo con mermelada de frutas perfumadas con limón y canela. Esta es la Charlotte original, la que se pasa por el horno y se sirve templada y cuya versión favorita es la de manzanas.
Y ustedes estarán pensando, ¿Cómo puede ser, si la Charlotte que yo probé era helada? Fácil, a principios del siglo XIX, Carãme inventó otra Charlotte que se sirve fría o helada y es conocida como Charlotte á la russe. Su primer nombre fue Charlotte á la parisienne, pero cuando el servicio a la francesa se cambió en 1810 por el servicio a la rusa, la Charlotte parisina pasó a llamarse Charlotte a la rusa.
Antes de ese cambio, en Francia la costumbre consistía en llevar a la mesa todo lo que se iba a comer de una vez (las entradas, los platos principales, las legumbres y los postres) para que los comensales pudieran servirse según su hambre y antojo. El servicio a la rusa, en cambio, proponía que uno o varios de los criados presentara la bandeja de los distintos platos a cada uno de los invitados a medida que avanzaba la velada. Era la Manger á la russe, como se denominó a la nueva moda, e hizo furor en París de modo que en tan solo cinco años se extendió por toda Francia.
En cuanto a las Charlottes, hay tantas variedades como lo dictamine el gusto y el placer de la mente humana. Hoy el antojo y el ingrediente coinciden bajo el mismo nombre: café. Y el multifacético Charlotte nos propone su receta: Charlotte de café.
CHARLOTA DE CAFÉ
Para 6 personas
Ingredientes:
• 150 g de azúcar
• vainillina (una cucharadita)
• 1/2 litro de leche
• 6 yemas de huevo
• 2 cucharadas soperas de café soluble
• 10 bizcochos desmigados
• 3 hojas de gelatina
• 500 g de nata montada
• 50 g de azúcar glass
Preparación:
• Hervir la leche con la vainilla en una perola.
• Batir el azúcar y las yemas de huevo, e incorporar, poco a poco, la leche y las hojas de cola de pescado, previamente lavadas en agua fría.
• Poner la perola al fuego y, sin dejar de remover paredes y fondo, llegar a ebullición. Retirar del fuego y dejar enfriar.
• Antes de que solidifique, incorporar la nata y el café soluble.
• Mezclar.
• Cubrir el fondo de un molde de charlota con los bizcochos desmigados y verter la mezcla en su interior.
• Espolvorear con azúcar glass.
• Dejar reposar de un día para el otro.
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