
Es probable que si te hablo de los gecónidos no estés muy seguro a qué me esté refiriendo exactamente, pero si te menciono las salamanquesas, salamanquitas, tutecas, tuqueques, cuijas, guecos o gecos, en dependencia del país donde vivas, seguramente ya estarás pensando en esos lagartos curiosos, generalmente nocturnos y de grandes ojos, que muchas veces nos visitan en el interior de nuestros hogares. Conozcamos un poco más sobre estos reptiles extraños y sus características.
Características de los gecónidos

Existen aproximadamente 1.180 especies conocidas de estos lagartos extraños, pertenecientes a la familia Gekkonidae. Se encuentran distribuidos por todo el mundo, aunque son particularmente frecuentes en las zonas tropicales y subtropicales, así como en los desiertos. Algunas especies son terrestres y otras arbóreas, presentando adaptaciones muy especializadas de acuerdo a su hábitat.
La mayoría de las especies son muy territoriales y solitarias, y tienen la inusual característica dentro de los lagartos de emitir leves chillidos con los que advierten a otros individuos de su presencia. Su coloración puede ser muy variada, desde colores pálidos hasta tonalidades muy llamativas, como la de Sphaerodactylus elegans, que como su nombre indica, es uno de los gecónidos más elegantes.
Aunque la mayoría son insectívoros, las especies que alcanzan mayores tallas (superando los 35 cm), pueden consumir también ciertos micromamíferos, otros reptiles e incluso otros gecónidos. Se conoce de algunos que se alimentan de néctar, frutas e incluso excrementos y carroña.
Algunas especies de hábitos nocturnos o habitantes de las cuevas suelen tener ojos llamativamente grandes, garantizándoles una visión envidiable en estas condiciones de mínima luz, lo cual les permite acechar y capturar a sus presas con facilidad.
Los gecónidos introducidos
Al ser especies poco visibles, resistentes y que se ocultan con mucha facilidad, es usual que sean transportadas por el hombre junto con las mercancías, así como que escapen de las tiendas de mascotas o zoológicos.
Esto ha provocado que numerosos gecónidos estén catalogados como especies invasoras, representando un peligro real o potencial ya que en muchos casos compiten con las especies nativas, dificultando su desarrollo normal ya sea por la competencia por los recursos o incluso la depredación.También pueden hibridizarse con las especies endémicas disminuyendo la fecundidad de las mismas o su calidad genética, además de trasmitirles enfermedades y parásitos exóticos.
Gecónidos en casa
Es frecuente en muchos sitios encontrarse gecónidos en casa, sobre todo durante las horas crepusculares y la noche. Durante el día permanecen ocultos detrás de los cuadros, de los armarios, en zapateras y demás sitios ocultos de la luz y la vista. Cuando salen, caminan perfectamente por las paredes verticales e incluso el techo de nuestro hogar, desafiando la gravedad gracias a unas almohadillas adhesivas que tienen en las patas, constituidas por minúsculos pelillos.
Estos reptiles curiosos consumen numerosos insectos dañinos como moscas y mosquitos, y no es inusual encontrarlos muy cerca de las lámparas aprovechando la atracción que estas provocan sobre los mismos, una inteligente estrategia que les garantiza alimentarse con el mínimo esfuerzo. Su fidelidad a estos sitios de la casa cada noche durante mucho tiempo hace que muchas personas lleguen a familiarizarse con ellos y los sientan como sus mascotas, llegando incluso a ponerles nombres y esperarlos cada día.
¿Has tenido la experiencia de convivir con alguna de estas clases de gecónidos en tu hogar? ¡Cuéntanosla! Y si quieres conocer otras especies de reptiles menos simpáticas, aquí tienes algunos ejemplos de lagartos aterradores.