Tras los atentados de París, quedó claro que el tema sirio iba a impactar en la política estadounidense.
Ya son más de la mitad de los gobernadores del país -hasta 27- los que han alzado la voz para oponerse a aceptar refugiados sirios en su territorio. Los estados de Alabama, Arizona, Arkansas, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Florida, Georgia, Idaho, Illinois, Indiana, Iowa, Kansas, Luisiana, Maine, Massachusetts, Michigan, Mississippi, Nebraska, Nevada, Nueva Hampshire, Nueva Jersey, Nuevo México, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Texas y Wisconsin, todos menos uno con gobernadores republicanos, han expresado su negativa a acoger refugiados sirios en sus territorios.
Este lunes el gobernador de Texas, Greg Abbott, se unió a un grupo de colegas con una carta en la que explicó que tomó la iniciativa considerando que “un refugiado sirio parece haber sido parte del ataque terrorista en París”.
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“La compasión humanitaria estadounidense podría ser explotada para exponer a los estadounidenses a un peligro similar”, escribe Abbott, haciéndose eco de la opinión dominante entre los republicanos ante los planes de la Casa Blanca de aceptar unos 10.000 sirios en los próximos años como manera de aliviar el éxodo que se registra en Medio Oriente por la guerra civil en Siria.








