No importa si estuviste casada un año o veinte, un divorcio siempre es difícil. El momento en que decidimos casarnos es porque estamos segura de que queremos pasar el resto de la vida con esa persona. El amor que sentimos en ese momento se convierte en planes y metas. Dejas de ser una y piensas en que eres parte de una familia, así sean solamente dos.

Vivimos nuestra vida soñando en el futuro, soñando con el gran amor, con ese hombre que llegue y cambie cada uno de nuestros días. ¿Vivimos? ¿Disfrutamos cada momento de nuestra vida? O ¿soñamos con el futuro? Quizá nos estemos olvidando de vivir. Soñar no debería sustituir a la acción. Enamorarnos, sufrir por amor, estar alegres, estar tristes, todo vale la pena vivirlo.

Cuando estamos ENAMORADAS experimentamos nuevas sensaciones y pensamientos, que antes cuando estábamos solteras nunca creíamos que sucederían. ¿Mariposas, cosquilleo, volar por las nubes? Definitivamente NO, o eso era lo que creíamos antes de que el gran amor llegara para darnos vuelta todo.

Nuestro cuerpo dice mucho de lo que pensamos y lo que sentimos, incluso cuando estamos durmiendo. Si bien cada posición no implica que tengas determinado sentimiento, en caso de ser posiciones frecuentes quizá tu cuerpo te esté comunicando algo sobre tu relación.

Si estás en una relación larga lo más lógico es que pases mucho tiempo con tu pareja. Sin embargo, llegado cierto tiempo puedes sentirte aburrida.

Si has conocido a un chico que realmente parece que vale la pena, todo marcha sobre ruedas, te sientes cómoda con él y te atrae pero la relación no parece avanzar, ¡no desesperes! Antes de pensar que tienes la culpa o que has hecho algo mal, es probable que sea él quien no está listo para un compromiso. Presta atención a estas 6 señales.