En los 10 años que van desde su inicio, el MCU y sus múltiples personajes nos han mostrado una amplia gama de artefactos y tecnología que van más allá de nuestra imaginación. Hemos podido ver medios de transporte que dotan a su usuario con la capacidad de volar; implementos médicos capaces de reconstruir el tejido dañado e inteligencias artificiales tan avanzadas que desarrollan su propia personalidad.

Dicen que muchas veces, la respuesta más simple es la que resuelve el problema y si hablamos de problemas geek, el estado de Tony Stark —actualmente varado en el espacio y a punto de morir— sí que es un problema.

Los errores, filtraciones y falta de confidencialidad por parte de las compañías de juguetes —cada vez menos creíbles— continúan sucediendo, cada vez con maś frecuencia. En esta ocasión, relacionadas al próximo título del MCU, universo que siempre ha utilizado este tipo de circunstancias para conmocionar las redes y promocionarse.

Luego de que su Mark 50, armadura usada en Infinity War, quedase destrozada, Tony tuvo que sobrevivir al desolado espacio exterior, sin agua y sin alimento. No obstante, todos sabemos que el protagonista del MCU —más allá de la individualidad de cada película— podrá encontrar la solución a este predicamento y, además, será capaz de construir una nueva armadura mucho más poderosa.

Hay muchas dudas que nos embargan mientras esperamos el estreno de Avengers: Endgame. Bueno, tal vez ya no tantas ahora que Samuel L. Jackson escupió el spoiler más grande del siglo. Con la locura patrocinada por Thanos, otras interrogantes han quedado en segundo o tercer plano. Una de ellas es: ¿de dónde carambas sacan tanto dinero los Avengers?

El MCU, más allá de los logros individuales de ciertas películas, se ha caracterizado por su construcción como mundo que entrelaza las diferentes narrativas en una única línea temporal, la cual, de momento, parece exenta de errores.