Algunos personajes de televisión tienen que ser caracterizados para lucir lo menos atractivos posibles y darles una apariencia nerd.

Si hay algo mejor que Netflix en este mundo es, sin dudas, el trabajo del community manager de Netflix. El o los encargados de manejar las redes sociales son el mejor equipo que una marca puede tener detrás. Cada movimiento está estratégicamente pensado para que sea glorioso, y así es.

Detrás de cada superhéroe, con súper poderes o sin ellos, existe un compañero inseparable, o un amigo, fiel e incondicional que acompaña al protagonista de nuestra historia favorita, en múltiples y variopintas aventuras y peligros. Por otro lado, sin ser superhéroes, han existido dúos clásicos que se mantienen en nuestro subconsciente, tales como Ren & Stimpy, Pinky y Cerebro, Beavis & Butthead o Vaca y Pollito, en los que, según sea tu favorito, sabrás valorar quién es el líder y quién de los 2 es su inseparable sidekick.

Ningún lugar de trabajo está exento de tensiones y conflictos internos, pero si llevamos esto al ámbito de la televisión, un lugar donde generalmente confluyen grandes estrellas, frecuentemente excéntricas, caprichosas y –sobre todo– con egos enormes, y productores y creadores no menos exigentes y celosos de su preciado trabajo, la receta para el caos parece estar completa.

Los capítulos musicales son especiales realizados para series que, usualmente, no se manejan por esa temática (ya sea a causa de su guión o bien por su género). Hoy día es una especie de tendencia popular, que casi toda serie o sitcom tenga un especial musical; sin embargo no es algo particularmente nuevo, ya que se había intentado en un episodio de la clásica sitcom I love Lucy (1951 - 1957).

Con el paso de los años, internet se convirtió en nuestro lugar predilecto para resolver todo en el día a día y, además de albergar música, series y películas para consumo a cualquier hora, el contenido original no se hizo esperar y ya hay muchos shows que vieron la luz (y la popularidad) sólo en la red.