¿Hay algo más peligroso que una horda de lectores furiosos? Hace semanas que el buzón de Ben Affleck acumula amenazas de muerte debido a su designación como el nuevo Batman, Dan Slott demoró tres meses en poder volver a abrir su cuenta de Twitter después de matar a Peter Parker en el 2012 y ni vale la pena mencionar la cólera que generó el reboot de The New 52 en DC hace dos años.

Hoy es 4 de septiembre. El año, 2013. En Argentina se celebra el Día del Inmigrante y el Día de la Secretaria. Y también, gracias a la loca visión de un grupo de amigos que imaginaron la instalación de un día en que oficialmente se reconozca a la historieta, tenemos ante nosotros el Día de la Historieta. Esta es una realidad que ya cumple siete años y obtuvo el peso de una ley.

Seguir una serie es una actividad apasionante. Esperar mes a mes la continuación del arco en el que estás inmerso es una actividad tan ritual entre los lectores que me cuesta imaginarme un mundo sin la impaciencia de chequear obsesivamente el calendario de publicaciones. De todas formas la espera vale la pena una vez que completamos el arco y experimentamos esa sensación gratificante de llegar al último número que nos cerrará el argumento y nos colocará en el plano culmine de toda obra en serie: el final.

Desde nuestra más tierna infancia, los dibujos animados han formado parte importante de nuestra vida, y muchos nos siguen acompañando ya en la adultez aunque sea como un flashback nostálgico. Al igual que sucede con el cine, muchas historietas han sido adaptadas al formato de serie animada, lo que nos permitió acceder a un mundo de la más variada gama de personajes e historias, inclusive llegando a conocer ciertos cómics por medio de la TV.

El cómic Wolverine: Origen es una serie mensual de 50 issues publicada por Marvel Comics entre Junio del 2006 y Setiembre del 2010. La historia fue escrita por Daniel Way y Steve Dillon, y cuenta con el arte de Dougie Braithwaite

Todos los seguidores de Marvel, DC Comics o Image Comics que vivimos en zonas alejadas de los Estados Unidos enfrentamos un problema que parece no encontrar solución en el largo plazo: la espera.