El whisky es una bebida alcohólica destilada que es obtenida de diversos cereales y que se produce en diversas partes del mundo, entre ellas Estados Unidos, Canadá, Japón, Irlanda y Escocia. En este último país es dónde se elabora el más famoso de todos ellos.

La relación que vincula a los buenos vinos con el roble proviene de mucho tiempo atrás ya que las barricas de roble se han utilizado en la elaboración del vino desde hace muchos siglos y, en general, la mayoría de los vinos finos son añejados en este tipo de toneles.

Irlanda no solamente es conocida por su música, por sus característicos tréboles verdes, sino que también lo es por sus sabores. El clásico café irlandés, la cerveza negra Guinness y el Jameson son los más representativos. Demos entonces, una vuelta por el mundo del Jameson whiskey, el único que puede hacerle competencia al clásico whisky de Escocia.

En varias ocasiones hemos hablado de cómo cada tierra tiene su bebida, sus tragos y sus preparaciones típicas. Ellas le dan identidad en distintos ámbitos, entre ellos, en el mundo de la coctelería.

Es interesante la importancia que tienen, en el mundo de las bebidas, los sitios donde surgen y se producen las mismas.

El tiempo constituye el principal factor a tener en cuenta para establecer las características que garanticen en gran medida una mejoría y equilibrio en los sabores y aromas esperados de un vino. Igualmente determina el encarecimiento de los mismos y los platos con los que se recomienda acompañar.