Sus jefes lo encerraron por más de 50 días y solo podía recibir comida desde una pequeña ventana
Este hombre, de 58 años, se vio forzado a cuidar una bodega para que no fuera asaltada por los ladrones durante la cuarentena. Él tuvo que fabricar improvisadamente una cama sobre unas canastas y su hija, de 16 años, le llevaba la comida que solo podía entrara por una pequeña ventana. El trabajador se accidentó y no tuvo asistencia médica allí. Además, tras la denuncia, lo despidieron sin pagarle el suelo completo.
Sus jefes lo encerraron por más de 50 días y solo podía recibir comida desde una pequeña ventana
Este hombre, de 58 años, se vio forzado a cuidar una bodega para que no fuera asaltada por los ladrones durante la cuarentena. Él tuvo que fabricar improvisadamente una cama sobre unas canastas y su hija, de 16 años, le llevaba la comida que solo podía entrara por una pequeña ventana. El trabajador se accidentó y no tuvo asistencia médica allí. Además, tras la denuncia, lo despidieron sin pagarle el suelo completo.