Durante varias horas, los afligidos padres del pequeño ‘Baby Joseph’ esperaron ansiosos en el Centro Cívico Sargento Willie de Leon noticias sobre su hijo, quien se encontraba al interior de la Escuela Primaria Robb cuando un hombre armado abrió fuego en el lugar.
Padre de una de las víctimas de Uvalde relata que el ‘shock’ no le permitió reconocer el cadáver de su hijo
Luego de una jornada devastadora llena de incertidumbre y sin noticias de su hijo, los padres del niño de 10 años se acercaron al hospital, donde les notificaron que el pequeño había llegado herido y que los doctores poco pudieron hacer para salvarle la vida.

Mientras veían pasar niños y escuchaban noticias, pero ninguna referente a su pequeño, José Flores y Cynthia Herrera comenzaron a inquietarse hasta que al final del día se dieron cuenta que toda la clase de José Flores Jr. no había salido de la trágica escena.
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Fue en ese momento cuando las autoridades de Uvalde, Texas les recomendaron acercarse al hospital. Fue allí donde ambos padres, tras una jornada devastadora llena de incertidumbre, se enteraron que su hijo había llegado herido y que los doctores poco pudieron hacer para salvarle la vida.
“Era un niño alegre, contento y siempre andaba corriendo de arriba para abajo”, dice al borde del llanto Herrera, quien precisó tajante que, perder a su hijo de 10 años, ha sido como sentir que alguien le arrancara el alma.
‘Baby Joseph’, el primogénito de la familia, era un estudiante orgulloso que estaba feliz de estar cursando el cuarto grado.
Flores recuerda con dolor que, tras recibir la noticia, entró en un trance que le imposibilitó acercarse al cadáver del niño para reconocerlo. “Un policía me dijo que no era bueno verlo en el estado que estaba”, rememora.
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A la par del dolor de sus padres está la desolación de Connie Escamilla, abuela del niño, quien afirma que "lo más duro será no volverlo a ver" y, aunque todos le dicen que se tienen que resignar, "eso es muy difícil”, dice sollozando mientras ve una fotografía del pequeño.
Aunado al dolor interno de la familia, también está el duelo de una comunidad pequeña de casas vecinas en donde varios perdieron a sus hijos.
Así, los Flores tienen que darse tiempo de consolar y acompañar a una vecina que llora por la muerte de su hija, compañera de ‘Baby Joseph’, mientras todos esperan que un día cercano la resignación pueda comenzar a sanarles la más profunda de las heridas.
