Lo único que la gerencia hizo como respuesta a una queja de una adolescente sobre un compañero de trabajo que se le insinuaba y la hacía sentir incómoda, fue hablar con aquel hombre -11 años mayor que ella- y pedirle que modificara su comportamiento.
"Había sangre por todas partes": Un hombre es acusado de asesinar a una compañera que lo había reportado por acoso
Aunque en 2021 la joven de 17 años le dijo al gerente que aquel hombre se le acercaba y la hacía sentir incómoda, el acusado solo recibió un regaño. A pesar de que pudo trabajar en un horario diferente al de él, la necesidad de ganar más dinero le hizo trabajar horas extra y tuvieron que volver a coincidir.

En 2021, Riley Whitelaw, de 17 años de edad, se cansó del constante hostigamiento de Joshua Taylor Johnson, en aquella farmacia de Colorado Springs donde ambos trabajaban y pidió a sus superiores trabajar en un horario diferente a él.
Justin Zunino, uno de los gerentes del establecimiento, dijo haber sentido que la llamada de atención que le dio a Johnson para que fuera profesional en su trabajo y no molestara a su compañera, había sido bien recibida por el joven de 28 años, según quedó establecido en la declaración jurada.
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Sin embargo, cuando Whitelaw le pidió horas extras para poder ganar más dinero, le advirtió que podía hacerlo siempre y cuando aceptara que iba a coincidir con su hostigador. La joven, con la intención de ganar más dinero, aceptó.
En marzo pasado, otro gerente notó que las visitas a la tienda que hacía el novio de Whitelaw para poder verla, terminaban haciendo enfurecer a Johnson. “Parecía actuar con celos”, indicó.
Estas alarmantes señales tendrían un desenlace fatal cuando el Departamento de Policía de Colorado Springs respondió a un llamado de emergencia en aquella tienda, donde Zunino les explicó que “había encontrado un cuerpo” dentro de la sala de descanso de los empleados y que “había sangre por todas partes”.
Al entrar a esa sala, Whitelaw fue identificada de inmediato con “un traumatismo importante en la zona del cuello” y tenía una gran cantidad de sangre en el suelo “alrededor de la cabeza de la víctima”.
La policía también encontró la placa de identificación de la joven y algunos muebles de esa sala manchadas de sangre.
Al ser interrogado, Zunino explicó que aquel día volvió a la tienda luego de que le avisaron que la adolescente no había regresado de su tiempo de descanso. Cuando el gerente revisó las grabaciones de seguridad donde pudo ver a Johnson “apilando contendores frente a una cámara” hasta que la imagen quedó bloqueada.
Además, Zunino pudo observar que alguien había tapado las ventanas de la sala descanso y que se había colocado un aviso de que la zona estaba cerrada, con la intención de que la gente no pudiera entrar. Tras comprender que algo había fue de inmediato a esa zona donde halló a la joven sin vida.
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En la declaración jurada también se cita a otra gerente que recuerda haber olido “un fuerte olor a lejía” que salía de un cuarto ubicado en la parte trasera, donde Johnson habría estado tratando de limpiar la sangre de Whitelaw.
Un día después, Johnson fue aprehendido con “arañazos en las manos y cara”, antes de aceptar que estaba enamorado de la menor, aunque solo dijo que entró a la sala de descanso cuando Whitelaw ya estaba sin vida y que había tropezado, por lo que su ropa se manchó de sangre.
La policía dejó claro que la investigación continúa abierta, mientras Johnson permanece detenido sin derecho a fianza en el cárcel del condado de El Paso, a la espera de su audiencia en la corte la próxima semana.

