Las menores, de 12 y 16 años de edad, llevaban varios meses en México esperando junto a familiares que se empezara a procesar sus solicitudes de asilo en EEUU. Sin embargo, la paciencia de ambas se acabó y decidieron cruzar por su cuenta la frontera para luego entregarse a las autoridades estadounidenses con el fin de cambiar la realidad en la que vivían.
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