Las propiedades privadas del sur de Texas han sido utilizadas por los migrantes para cruzar la frontera y tras su paso han quedado convertidas en basureros. Allí los indocumentados construyen campamentos que luego abandonan, dejando atrás botellas, ropa y artículos personales. Sin embargo, en ese terreno también han quedado cuerpos sin vida de indocumentados que no alcanzaron su meta. Según la Patrulla Fronteriza, en el sector de Eagle Pass y Del Río este año se han registrado 182 muertes.
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